El economista vago / libros de Economía

Just another WordPress.com site

Archive for agosto 2011

«Cómo salimos de ésta», Nouriel Roubini / Stephen Mihm (2010)

leave a comment »

«Cómo salimos de ésta», Nouriel Roubini / Stephen Mihm

 
Sociología, estructura económica, cambio social

Resumen, anotaciones y comentarios por E.V.Pita (2011)

Título: «Cómo salimos de ésta»
Subtítulo: Hoja de ruta del futuro de la economía, por el experto que predijo la crisis mundial.

Título original: «Crisis Economics»

Autores: Nouriel Roubini / Stephen Mihm

Fecha de publicación: 2010
Editorial en español: Destino

INDICE
´
Capítulo 1…. El cisne blanco
Capítulo 2… Los teóricos de la crisis
Capítulo 3…Tectónica de placas
Capítulo 4… Todo se desmorona
Capítulo 5… La pandemia global
Capítulo 6… El último recurso
Capítulo 7… ¿Más gasto y menos impuesto?
Capítulo 8… Primeros pasos
Capítulo 9… Reformas radicales
Capítulo 10… Las líneas de falla
Conclusión
Perspectivas

Ideas generales: ¿Alguien vio venir la crisis del 2008? Sí, Roubini lo advirtió en el 2006, pero no fue escuchado. La gente se creía que los pisos iban a subir etérnamente, el crédito estaba fácil y se derrochaba en fondos (hedge funs) que el cliente no sabía en que se invertían, los clientes compraban activos tóxicos sin saberlo que milagrosamente se revalorizaban, y Alan Greenspan bendecía este crecimiento desregulado y otros decían que los mercados nunca fallan y se regulan solos. ¿No es de ingenuos pensar que esto iba a durar mucho? Es increíble que cualquier persona formada en Economía no dedujese en los años 2000 que tras la burbuja inmobiliaria que vivían, vendría inexorablemente una grave crisis de endeudamiento que paralizaría todo el sistema. Es algo que suele ocurrir. Así pasó con la burbuja de los tulipanes en Holanda en 1630, el fiasco de las compañías de los Mares del Sur en 1720, el crack financiero de 1825, la crisis de los ferrocarriles de 1873, la de 1886 [nota del lector: no es mencionada por Roubini], la de 1907 o la de Wall Street de 1929. En otras ocasiones, la caída de una moneda arrastró a las otras y causó una crisis global. Por ello, Roubini señala que lo normal en el sistema capitalista es que haya crisis (lo que se llama un «cisne blanco»). ¿Por qué no iba a pasar lo mismo en el 2008? Roubini describió en el 2006 incluso la caída de colosos financieros y un negro panorama para el comercio internacional, escenarios dantescos pero muy familiares para los estudiosos (forenses, nota del lector) de las crisis financieras. Pero nadie le hizo caso o lo acalló. Roubini no solo lo advirtió sino que tiene la solución para salir, según expone en el libro.

El capítulo 2 tiene interés respecto a los teóricos expertos en la crisis. En ellos, Roubini explica las ideas de los principales teóricos sobre el mercado y las crisis.

-Keynes, conocido de todos.
-Hyman Minsky, el intérprete más radical de Keynes.
-Robert Shiller, defensor de la economía conductual
-Joseph Schumpeter, teórico de la «destrucción creativa» capitalista
-Charles Kindleberg, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, de la corriente histórica.

– Adam Smith, su obra «La riqueza de las naciones» y la mano invisible que autorregula el mercado. No reconoció las vulnerabilidades del capitalismo porque le interesaba cómo triunfaban los mercados, no como fracasaban.
David Ricardo, Jean-Baptiste Say, Leon Walras y Alfred Marshall: teoría matemática sobre la autorregulación de los mercados y el equilibrio mágico de los precios de los activos. El matemático Louis Bachelier (Teoria de la Especulación, 1900) trabajó en eso. No están sobrevalorados porque la gente «vota» con su dinero [ojo, esto es del lector], lo que en 1929 se llamó «la inteligencia de la multitud» o «sabiduría de masas».

[Nota del lector: John K. Galbraith, en The Great Crash 1929, habla sobre lo mismo: la venta de solares sin valor en Florida en 1927 a precios astronómicos, que se triplicaban en semanas, y luego las acciones del petróleo, etc… no alarmó a los teóricos del mercado porque si la gente lo pagaba es por que lo valían y el precio era correcto].

Departamento de Economía de Chicago, Eugene Fama:
– los mercados son racionales y eficientes e incorporan a los precios toda la información conocida (nota del lector: ojo, Stiglitz hablará de las asimetrías en la información)
-el precio actual es correcto
– teoría del paso aleatorio,

Crítico de esta teoría: Robert Shiller. Los precios de las acciones muestran más volatilidad de la que un mercado eficiente puede explicar. Fluctúa sin orden ni control por impulsos irracionales de las multitudes, lo que hace al capitalismo como un sistema muy inestable, con booms y estallidos.

1950- Economía conductual y conductismo financiero: pretende explicar mediante investigaciones de psicología humana por qué los mercados son ineficientes.

Descripción de una «burbuja»

-John Stuart Mill (siglo XIX): un shock externo hace que empiece a actuar la especulación. La burbuja por si sola no desencadena la crisis, sino también el crédito y la deuda. [nota del lector: esto me parece importante porque, en las descripciones que hacen otros autores, también detectan un exceso de liquidez y de endeudamiento, que no siempre se gasta en las inversiones más eficientes]

Posteriormente, Roubini propone varias ideas para regular la actividad de las agencias de inversión. Una primera idea es dividir los «bancos demasiado grandes para quebrar» porque no deberían de existir dado el peligro que suponen. En segundo lugar, mejorar la regulación y los reguladores. Hay demasiadas agencias de regulacion que se solapan y los especuladores encuentran grietas en la ley para colarse o se amparan en la ley estatal más benigna. Dice que Goldman Sachs no cayó no gracias al fino olfato de sus directivos que se deshicieron antes de la crisis de sus activos tóxicos sino a la generosa ayuda del gobierno a través de ayudas a la aseguradora ING y otros.

Algo importante: Roubini advierte que una de las tentaciones de EEUU sería darle a la máquina de imprimir billetes para borrar su deuda, adquirida en su propia moneda, el dólar. Hasta podría haber impago de deuda, aunque lo ve difícil ya que primero EEUU intentaría jugársela aumentando la inflacción. Eso generaría una inflacción que quizás quedaría fuera de control y que le haría perder credibilidad ante sus acreedores, principalmente China. Hay que recordar que Paul Volcker (presidente de la Reserva Federal en la época Carter) logró frenar la inflacción pero a costa de una grave recesión y alto desempleo.

El problema de generar inflacción para borrar la deuda (y trasladarle el coste al acreedor) es que generaría a la par un aumento de los tipos de interés que compensarían el aumento de la inflacción. Si un hipotecado duplicase su salario y se alegrase de saldar más rápido su deuda de la casa, se encontraría con la sorpresa de que su cuota subiría a causa del aumento de los tipos de interés.

Una frase graciosa de Krugman respecto al comercio entre China y EEUU : «Ellos nos venden cosas envenedadas y nosotros les pagamos con papeles sin valor [nota del lector: una referencia irónica al dólar

También advierte que la crisis puede ir a peor o incluso entrar en una era de ciclos de crisis-recuperación-crisis-más crisis. En esta línea, se encuadraría con Stiglitz o Niño Becerra, que hablan de una crisis sistémica en la que nada volverá a ser igual. Debido a que el dolar pierde peso (a partir de 1971, cuando ya no fue convertible en oro) en la economía tras 80 años de estabilidad y Pax Americana y que Occidente está en crisis, algunos inversores están buscando un valor refugio que no sea el dólar, por ejemplo, digamos que el yuan o, como el «bancor» que propuso Keynes en Bretton Woods en 1944 y los mandatarios chinos, una cesta de monedas en la que esté incluido el yuan. Tampoco descarta que China reclame «activos» a EEUU, por ejemplo, el quedarse con una compañía petrolífera de Texas, comprar un banco nacional y otros bienes estratégicos para asegurarse su deuda. Respecto a Japón, el país está envejecido, no admite inmigrantes y el empleo es fijo, lo que dificulta su competitivad, lo mismo que Europa, donde las difirentes culturas obstaculizan el traslado.

Otro comentario interesante es respecto a las subidas del valor del oro, valor refugio, que asocia a la recesión y a la inflación, lo que explica las idas y venidas de su cotización. Sirve de pista para saber qué opinan los inversores sobre la marcha mundial de la economía.

Sobre la reforma que hay que hacer en el mundo financiero, Roubini propone que lo que cobren los directivos esté asociado a los intereses de los asocionistas, por ejemplo ligar su salario a la cotización de la acción a largo plazo y no a corto. Y que los reguladores cobren, no como funcionarios pobres, sino justamente por la responsabilidad de su trabajo, que es vigilar que el mundo financiero siga unas reglas y no surjan inventos como esos fondos tóxicos  y basura a las que las agencias les daban la calificación de AAA como si fuesen oro.

También pide que la Reserva Federal haga su trabajo y no se dedique a fomentar el «laissez-faire» como en los 90 y a estimular burbujas como hizo Greenspan; considera que el banco central puede jugar con los tipos de interés de forma moderada y progresiva para desactivar las burbujas antes de que estallen, ya que eso va acompañado de años de paro y crisis. Y recuerda que todas las crisis funcionan igual: el endeudamiento se dispara por la compra de activos, se desata el pánico, todos quieren cobrar, los valores caen, nadie cobra y la economía se paraliza por falta de liquidez. Esto pasa frecuentemente desde hace varios siglos por lo que «si la Reserva Federal debería cambiar de trabajo si no ve que hay una burbuja cuando los precios de las acciones de triplican en cosa de meses». A Roubini y el coautor no le extrañaría nada que vuelva a haber otra burbuja pronto porque los especuladores siguen activos y no se ha hecho una reforma a fondo del mercado financiero.

Otra idea es  reformar el FMI que considera obsoleto porque sobrerepresenta a una economía en decadencia, como EEUU, y a una Europa envejecida, cuando resulta que los países emergentes del BRICK (Brasil, Rusia, India, China y Korea) tendrían mucho que decir. Además, la influencia del FMI solo se aplica a países de poca monta y sus decisiones son ignoradas por colosos como Alemania, Reino Unido o EEUU.

Sobre el exceso de ahorro global, eso se refiere sobre todo a China, gran acreedor mundial. El problema es que el ahorro es interno porque los chinos carecen de seguridad social o seguro de desempleo, lo que les obliga a restringir su consumo (solo el 34% frente al 70% de EEUU). El consumo interno puede tirar de una economía si las exportaciones van mal. Hay que recordar que China e India suman 2.500 millones de consumidores potenciales y los países emergentes otros 2.000. También critica que China se gaste sus ahorros en especular con la compra de materias primas (un valor refugio pero que puede sufrir grandes oscilaciones en los precios en cuestión de semanas como le pasa al oro).

Respecto a la deuda soberana de los países PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), Roubini vaticina que ninguno va a poder pagar porque su deuda es interior (los propios ciudadanos se endeudaron con activos inmobiliarios que no mejoran sus infraestructuras ni añaden valor competitivo). El impago de un país no es cosa nueva, aunque lo aliviarán los rescates de la UE. Según Roubini, estos países tienen que reestructurarse para hacer sus economías más competitivas, lo que supone bajar los salarios, que según él subieron durante la burbuja inmobiliaria. Mientras China se gastó el dinero en hacer autopistas, por las que no pasan coches, España se gastó el dinero fácil en comprar casas que han caído de valor y que no añaden nada a la economía. Por tanto, Roubini sería un halcón del déficit y entre sus recetas para EEUU propone rebajar el déficil frente a las políticas keynesianas de Obama. Cuanto más se endeude peor, porque esas inyecciones de dinero público solo parchean el problema unos años y luego la crisis rompe por otro lado.

[Conclusión del lector: Roubini es un halcón del déficit público que propone mayor regulación financiera y que advierte de que muchos países no van a poder pagar su deuda y previene del peligro de que el mayor deudor del mundo, EEUU, emita dólares para saldar su gigantesca deuda (400.000 millones anuales) porque ello generaría inflacción.]

Conceptos:
-Ley de Gramm-Leach-Bliley: creada en 1933 para regular los mercados financieros y que fue derogada en 1999, lo que permitió la creación de burbujas especulativas.
-SEC y NRSRO: agencias de regulación creadas tras la crisis del 29.
-BRICK (Brasil, Rusia, Inda, China y Korea). También BIC y BRIC. Los países emergentes.
-Basilea I y Basilea II: acuerdos intergubernamentales para regular la banca financiera. Su fallo fue pensar que el mundo financiero era estable. El Basilea II corrige la ingenuidad del  Basilea I, de 37 páginas, cuyas grietas aprovecharon los especuladores.
-CDO: activos tóxicos
-Teoría del paso aleatorio: al elegir acciones, de nada sirve adelantarse al mercado.
-Teoría de la reatroalimentación (ec. conductual): los inversores apuestan por un valor y la subida atrae a otros, que lo inflan más hasta una espiral ascendente. Cuando estalla la burbuja, los precios caen en picado.
-Atribución sesgada: el inversor se autoengaña, se cree perspicaz y no un loco más.
-Riesgo moral o riesgo inducido: un inversor asume grandes riesgos porque no teme las pérdidas, ya que si tiene éxito, ganará mucho dinero, y si pierde, el coste lo asumirá otro. Todo ello le induce a arriesgar más. En caso de crisis, el prestamista último es el Gobierno. Krugman también estudia este concepto.

Written by evpita

agosto 26, 2011 at 5:30 pm

Publicado en Uncategorized

«El retorno a la economía de la depresión y la crisis actual», por Paul Krugman (1999, 2009)

leave a comment »

«El retorno a la economía de la depresión y la crisis actual», Paul Krugman (2009)

 
Sociología, materia: estructura económica y social

Autor del resumen y comentarios: E.V.Pita (2011)

Título:»El retorno a la economía de la depresión y la crisis actual»

Título original: «The return of Depression Economics and the crisis of 2008»

Autor: Paul Krugman

Editorial: Crítica

Publicación: 1999 (referido a crisis asiática) y 2009

Capítulo 1. «El problema principal se ha resuelto» [nota del lector: se refiere a las crisis cíclicas del capitalismo]
Capítulo 2. Aviso ignorado: las crisis latinoamericanas.
Capítulo 3. La trampa japonesa.
Capítulo 4. El crash asiático
Capítulo 5. Política de perversidad.
Capítulo 6. Los Amos del Universo.
Capítulo 7. Las burbujas de Greenspan.
Capítulo 8. Hacer banca en la sombra.
Capítulo 9. La suma de todos los miedos.
Capítulo 10. El retorno de la economía de la depresión.

Resumen: Paul Krugman, premio nobel de Economía en 2008, hizo un remix de un libro anterior sobre la crisis asiática para explicar la crisis del 2008. Examina con un lenguaje ameno las crisis que han seguido a la gran depresión de 1929 y se centra en la asiática y latinoamericana de los años 90 y 2000, que le llamó la atención por su estancamiento. Dice que cuando todos auguraban una época de crecimiento ilimitado tras aprender las lecciones de la Gran Depresión y la eliminación de las crisis cíclicas, en Asia ocurría justo lo contrario. Para Krugman, en 150 años de capitalismo, si hay algo seguro, son las crisis, que se repiten continuamente.

Krugman pone un ejemplo del estacamiento económico para que todo el mundo lo entienda: un grupo de congresistas de Washington se ponen de acuerdo para hacer de canguros de sus hijos, cada uno tiene un bono por cada noche que haga de canguro a otra pareja. Todo va bien hasta que cae la demanda y la gente deja de salir para reservar cupones por si los necesita para una urgencia, por lo que la demanda se restringe más. Eso es lo mismo que le pasa a la economía actual, viene a decir Krugman.

En el capítulo 2, Krugman analiza las crisis latinoamericanas de los 70 y 80, con una elevada deuda e hiperinflación. Dice que el régimen dictatorial de Pinochet, del que condena su brutalidad, aplicó una política económica acertada, según las recetas neoliberales del FIM, que permitió el crecimiento y que esa política continuó durante la democracia. México siguió a principio de los 90 la senda del crecimiento con políticas de saneamiento también según las recetas del FIM pero el país entró en recesión, la llamada «crisis Tequila» por un error al devaluar excesivamente el peso, por lo que el gobierno de EEUU tuvo que acudir al rescate. Lo mismo ocurrió, a menor escala, en Argentina. Tras los años 80 de hiperinflación, Memem privatizó el sector público siguiendo las recetas neoliberales y garantizó la paridad del peso y el dólar, un mecanismo ideado para evitar recesiones. Pero, cuando estalló la «Tequila crisis», esto provocó que los inversores y los ciudadanos convirtiesen de forma masiva pesos en dólares garantizados por el Estado, lo que dio lugar al llamado «corralito». En ambos casos, Krugman cree que hubo una crisis de confianza de los inversores, que se restableció rápidamente con una inyección de capital. Lo que pocos vieron es que estas minicrisis eran brotes, destellos, picos o dientes de sierra de otra mayor.

En el capítulo 3, analiza la crisis de Japón de los 90. El país crecía al 9% en los 60 pero en los 80 había frenado al 4%. Krugman cree que en el país nipón había un lazo muy estrecho entre empresas y gobierno, en el sentido de que si las empresas necesitaban préstamos o capital, tenían sus propios bancos (keiretsu) para servirse, que a su vez eran avalados por el Gobierno, lo que daba confianza a los depositantes. Esta carta blanca con el crédito permitió financiar la expansión de la industria japonesa a bajo coste, incluso por debajo del coste (dumping), para ocupar nichos de mercado en el extranjero. Hubo pérdidas y todo ello generó deuda. Por otro lado, cuando estalló la burbuja inmobiliaria en los años 90, Japón se quedó entrampado en una recesión de crecimiento, al borde de una depresión de crecimiento, con una tasa de paro real del 10%, y cayó en una trampa de liquidez.
Krugman resalta que EEUU había salido de tres recesiones (1981-82, 1991-92 y 2001-02) muy rápido mediante la inyección de liquidez pero ahora eso no funcionaba. La respuesta estándar ante una recesión, dice Krugman, consiste en reducir los tipos de interés y promover el consumo. Pero en Japón, los tipos llegaron a cero y no fue suficiente.También aplicó la respuesta keynesiana de promover obras públicas con déficit y creó trabajo pero no impulsó el yen. La clave podría ser que la población de Japón está envejecida. Aumentaron los impuestos para aliviar el déficit y la economía cayó en recesión. Volvió a aumentar la deuda pública hasta el 100%. Una teoría dice que Japón se encuentra en una trampa de liquidez porque sus bancos son financieramente débiles. Por lo que la solución fue un plan de rescate bancario. La otra opción era provocar la inflacíón para que la gente se gaste el dinero, mejor que se pudra bajo el colchón. Japón se recuperó en el 2003 por las exportaciones a EEUU (manufacturas chinas tienen componentes japoneses). Pero solo fue una salida provisional dado que la recesión parecía profunda.

En el capítulo 4, Krugman habla del «crash asiático». La devaluación del bath tailandés causó una bola de nieve financiera en Asia. Este señala que Tailandia era un país corriente, con su moneda ligada al dólar, bajo déficit, y que financiaba con una expansión del crédito la expansión industrial e inmobiliaria, lo que generó un déficit del 8% en 1996, no muy importante, pero cuando hubo una pérdida de confianza y atacaron los especuladores, el Gobierno tuvo que comprar muchos dólares para estabilizar el bath hasta que no tuvo más remedio que dejar flotar la moneda. La devaluación incluso podía ser buena para las exportaciones, como ocurrió con la libra inglesa. Lo que dice Krugman es que nadie podía imaginarse que arrastraría a toda Asia, incluida Corea.

En el capítulo 5, sobre los Amos del Universo, Krugman estudia los ataques de George Soros a la libra esterlina que, paradójicamente, benefició al país porque pudo aumentar sus exportaciones. Apostaban a corto y largo, con compras y recompras aprovechando las devaluaciones de las monedas. No ocurrió lo mismo en Asia, donde Soros se ganó las quejas de Malaysia por sus especulaciones. Luego, siguió Rusia. La conclusión de Krugman es que los especuladores quizás no sean la causa de las crisis monetarias pero sí que lleguen antes o las precipiten. Solo Hong Kong, que detectó las maniobras financieras, logró pararle los pies inyectando mucho dinero en su moneda y haciendoles perder dinero a los especuladores, que se retiraron. Al ser cinco o seis los que están metidos en este negocio, ellos eran el «mercado» por lo que no podían engañar a nadie ni vender entre sí.
[Nota del lector: un reportaje de El Semanal señalaba que Soros, posiblemente Paulson, y otros se reunieron para atacar la moneda de los PIGS]

Krugman también dedica espacio a explicar qué son los hedge funds (fondos en los que el inversor no tiene ni idea de lo que invierte y que tampoco suelen estar asegurados con fondos públicos).

En el capitulo 6, Krugman trata de explicar las burbujas tecnológicas (2000) e inmobiliarias (2003-2008). La primera parecía lógica, dada la expectación que crearon las nuevas tecnologías). Krugman compara estas burbujas con la pirámide de Ponzi, el famoso timo en el que todos ganan a costa de los tontos que se incorporan nuevos al tinglado, hasta que ya no queda ningún tonto. Nadie podía pensar que cada empresa puntocom que surgía en Internet iba a ser otro Microsoft. Greenspan, director de la Reserva Federal, advirtió en 1998 de que había riesgo de burbuja pero no subió el tipo de interés ni nada.

Krugman dice algo importante: a pesar de lo que esperaban todos, el empleo creció hasta niveles desconocidos sin disparar las tasas de la inflacciòn por encima del 5% a pesar de que la teoría lo predecía. ¿Qué fue lo que pasó?

En el capítulo 8, Krugman habla de cómo Greenspan dejó crecer una segunda burbuja, la inmobiliaria, y tampoco hizo nada por frenarla. Pero Krugman cree que el problema de fondo era otro: que el sector financiero había mutado sin que nadie se diese cuenta. Esto último lo explica en el capítulo 10: la globalización financiera no redujo el riesgo sino que lo multiplicó y creó el efecto «correa de transmisión» de forma que hundió las divisas de los países emergentes y las de sus inversores extranjeros. Dice que nos encontramos ante «la madre de todas las crisis de divisas y constituye un desastre nunca visto en el sistema financiero mundial».

Tambien habla del sistema bancario en la sombra, que corría mayor riesgo que el comercial y que no estaba protegido. Trabajaba mucho con auction-rate security (el tipo de interés que saliese a subasta se aplicaria a todos los fondos invertidos en ese producto hasta la celebración de otra subasta,el que quisiese irse pagaba el 15% aunque eso no se contemplaba seriamente). Un ejemplo son los hedge funds.

En el último capítulo, Krugman admite que entramos en una economía de la depresión y propone medidas de rescate e inyectar el capital para restablecer el crédito seguidas de políticas de corte keynesiano (volver a la economía de la demanda frente a la economía de la oferta).
Sus propuestas son:
-Mayor recapitalización, facilitar el crédito a Europa, etc….
-Plan de rescate global para los países en desarrollo.
-Recuperar los viejos estímulos fiscales keynesianos.
-Ofrecer ayuda a gobiernos y ayuntamientos y más dinero para carreteras, puentes, etc… dado que la crisis será larga.
-Reformar el sistema financiero y regularlo luego para evitar riesgos excesivos.
-Dudas sobre si restringir o no los flujos internacionales de capital (porque la idea de los paises emergentes de dotarse de grandes reservas de divisas extranjeras para sortear la crisis no ha funcionado). Dice que la globalización financiera «ha acabado siendo más peligrosa de lo que nos figuramos».

Una frase de Keynes durante la Gran Depresión: «Tenemos problemas en el magneto».
Otra frase de Milton Friedman: «No hay comida gratis».
Krugman dice que si, que en crisis, debe haber comidas gratis.

Y termina: los únicos obstáculos estructurales importantes para la prosperidad del mundo son las doctrinas obsoletas que pueblan la cabeza de los hombres.

Conceptos:
-Chaebol: conglomerados que dominan la economía de Corea y que controlan a sus bancos.
-Keiretsu: redes de financiación por confianza entre empresas, bancos y Gobierno japonés.
-Recesión del crecimiento: Lo que sucede cuando una economía crece pero no con la suficiente rapidez para utilizar el aumento de su capacidad, de manera que se incrementa cada vez más el número de obreros y m
máquinas que están ociosos [definición de Krugman en 1998, pp. 72]
-Depresión del crecimiento: sigue a la recesión del crecimiento, como la que experimentó Japón durante más de 8 años desde 1991.
-Trampa de liquidez.
-Riesgo moral o riesgo inducido: asumes riesgos a sabiendas de que si ganas, te quedas el dinero, y si pierdes, lo pagan otros (por ejemplo, el contribuyente o lo accionistas).
-Economía de compadreo: hay conexiones entre industria, banca y Gobierno de forma que la banca presta a sabiendas de que si el empresario gana, él también, y si pierde, rescata el Gobierno. Por ello, no se seleccionan las inversiones más sensatas sino todas, incluso las más arriesgadas, porque las pérdidas son sufragadas por el erario público.
-A corto y a largo: a largo, es invertir a largo plazo mientras que a corto es apostar a perder.
-Auction-rate securities.

 

Written by evpita

agosto 26, 2011 at 5:27 pm