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«Chavs: la demonización de la clase obrera», de Owen Jones (2011)

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Resumen de «Chavs: la demonización de la clase obrera», de Owen Jones (2011)

Referencia APA: Jones, Owen (2011): Chavs: la demonización de la clase obrera. Torrejón de Ardoz (Madrid): Capitán Swing (2013)

Ver el resumen original y actualizado en:

http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/01/chavs-la-demonizacion-de-la-clase.html

Resumen por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

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Título:  «Chavs: la demonización de la clase obrera»

Título original: Chavs: The Demonization of the Working Class

Autor: Owen Jones

Primera edición: 2011

Edición en español: 2013, Torrejón de Arzoz (Madrid): Capitán Swing

Páginas: 347

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Biografía oficial del autor (hasta 2014)

Owen Jones, nacido en Shelffield el 8 de agosto del 1984, es un joven escritor, comentarista y activista asociado con la izquierda política británica. Escribe con frecuencia para medios como The Guardian, The Independent y New Statesman; y ha trabajado en el Parlamento con grupos de presión sindicales. además de realizar investigación parlamentaria en asuntos polémicos como las libertades civiles o los derechos de los trabajadores. En septiembre del 2011, fue votado como el pensador más influyente de la izquierda por los lectores del blog Left Foot Forward, y el Daily Telegraph lo situó como una de las figuras más populares e influyentes del momento. Desde el London Evening Standard, Andrew Neather incluyó su libro Chavs en el marco de un resurgimiento de la izquierda, que incluye desde las múltiples reediciones del Manifiesto Comunista hasta el aclamado documental de Jason Barker Marx Reloaded (audiovisual que examina de qué modo las ideas del filósofo y socialista alemán Karl Marx pueden ayudarnos a entender la crisis económica y financiera global de 2008).

Su segundo libro: «El Establishment la casta al desnudo» fue publicado en el 2014.

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Texto de la contraportada

«En la Gran Bretaña actual, la clase trabajadora se ha convertido en objeto de miedo y escarnio. Desde la Vicky Pollard de Little Britain a la demonización de Jade Goody, los medios de comunicación y los políticos desechan por irresponsable, delincuente e ignorante a un vasto y desfavorecido sector de la sociedad cuyos miembros se han estereotipado en una sola palabra cargada de odio: «chavs».

En este aclamado estudio, Owen Jones, analiza cómo la clase trabajadora ha pasado de ser «la sal de la tierra» a la «escoria de la tierra». Desvelando la ignorancia y el prejuicio que están en el centro de la caricatura «chav», retrata una realidad mucho más compleja: el estereotipo «chav» dice, es utilizado por los gobiernos como pantalla para evitar comprometerse de verdad con los problemas sociales y económicos y justificar el aumento de la desigualdad. Basado en una investigación exhaustiva y original, este libro es una crítica irrefutable de los medios de comunicación y de la clase dirigente, y un retrato esclarecedor e inquietante de la desigualdad y el odio de clases en la Gran Bretaña actual. La edición incluye un nuevo capítulo que explora las causas y las consecuencias de los episodios de violencia que ocurrieron durante el verano de 2011 en Inglaterra»

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ÍNDICE

1. El extraño caso de Shannon Matthews

2. Luchadores de clase

3. Políticos versus «chavs»

4. Una clase en la picota

5. «Ahora todos somos de clase media»

6. Una sociedad amañada

7. Una Gran Bretaña rota

8. La ofensiva

Conclusión: ¿Una nueva política de clase?

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Resumen y comentarios:

La primera página del libro es muy conocida. El autor cuenta que está en una cena con sus amigos de clase media acomodada y burguesa de Londres y un comensal hace una observación frívola y de mal gusto. Nadie parece sorprenderse ni dar muestras de bochorno. Hablaban de moda y uno hace un chiste con desenfado: «Qué lástima que cierre Woolworth’s. ¿Dónde van a comprar todos los chavs sus regalos navideños». Todos se rieron.

Chavs es el término peyorativo para referirse a la subcultura de la clase trabajadora inglesa joven (llevan ropa deportiva de marca, bisutería llamativa y viven de las prestaciones y en viviendas sociales). Deriva de «chaval» (niño, en gitano) pero aquí el término similar sería «choni», «gichos», etc… Se trata de trabajadores considerados «palurdos» que trabajan de cajeros en supermercados, empleados en restaurantes de comida rápida o limpiadores.

Owen Jones dice que si hubiesen empleado términos homófobos, sexistas o racistas, lo hubiesen echado de la mesa. Pero como se refería a las «repugnantes clases bajas» nadie rechistó. Todos eran profesionales bien remunerados, educados en elitistas colegios y universidades, que disfrutaban de una confortable existencia en agradables barrios residenciales de Londres. Las posibilidades de que alguien de la clase trabajadora terminara como ellos era remota. «Allí estaba yo, presenciando un fenómeno que se remonta cientos de años atrás: los ricos burlándose de los menos pudientes».

El autor, después de la cena, se preguntó por qué ese «odio» hacia la clase baja se había vuelto aceptable socialmente. Los «chavs» son objeto de mofa en programas cómicos pero también hay gimnasios que organizan cursos de «lucha chav» para defenderse de ellos si paseas por un barrio peligroso y te ataca una pandilla. Se ríen de sus expresiones con faltas de ortografía, de sus pitbulls y navaja, procrean a los 15 años y pasan el día tratando de conseguir «maría». Acaban internados antes de los 21. Muchos empresarios creen que estos chavs «se merecen» su mala suerte.

En las siguientes páginas, Jones examina los casos de las niñas Madeleine McCain, hija de una pareja de clase media desaparecida en Portugal, y Shannon Mathews (ocultada por su madre y su tío, que simularon un secuestro para atraer la atención mediática). Sobre la familia de la segunda, que vivía en un barrio de «chavs» y viviendas sociales, los periódicos se quemaron con todo tipo de improperios.

Owen Jones señala que en Inglaterra las desigualdades existentes intentan disimularse echándole la culpa a los pobres por la situación de miseria económica que viven, por su mala cabeza e irresponsabilidad. Un caso como el de la madre de Shannon era el ejemplo perfecto de que se merecían lo que les pasaba. Sin embargo, Jones recuerda que para hacer periodismo en Inglaterra suele hacer falta una licenciatura y pocos hijos de trabajadores llegan a trabajar en las redacciones, que son mayoritariamente de clase media y media-alta, por lo que ven la realidad social desde el filtro de la burguesía. De ahí, que los diarios se «quemen» con los «chavs», sin la menos sensibilidad hacia cómo viven los pobres y generalizando sus vicios en todo el colectivo sin hacer distinciones.

Jones repasa la historia más reciente del movimiento obrero desde 1970. Las huelgas sindicales obligaron a los conservadores a retirarse del Gobierno, lección que no olvidó Margareth Thatcher. Esta decidió atacar al movimiento obrero golpeando a la minería y cerrando glandes conglomerados, dejando a decenas de ciudades y pueblos sin ingresos. Tras varios años de enfrentamientos entre manifestantes y policía, el movimiento sindical salió derrotado, los mineros tuvieron que volver cabizbajos al trabajo y Thatcher ganó la batalla. Las consecuencias fueron el colapso del movimiento sindical, que perdió su importancia. El número de parados pasó de uno a cuatro millones con Thatcher pero sus partidarios replicaron que el problema no era el alto número de parados sino que lo bueno estaba en que otros cuatro millones de trabajadores estaban tan asustados de perder su empleo que no se iban a manifestar contra ninguna medida.

El resultado de estas políticas de desindustrialización fueron que bajó la tasa de interés y la inflación, a costa de un elevado desempleo que hundió las comunidades mineras, sin apenas futuro.

La solución que propuso Thatcher es que cada se potenciase el sistema de servicios y que cada uno fuese un «emprendedor», un propietario, por lo que se vendieron las viviendas sociales a sus beneficiarios tras ahogar presupuestariamente a los ayuntamientos.

Owen Jones señala que fue en esta época cuando empezó la demonización de la clase obrera, con esa lucha sin cuartel contra el movimiento sindical, una venganza en toda regla, que devastó las comunidades. A veces se critica a los padres de los hijos que salen drogadictos, pero el autor recuerda que estos padres ejercen bien su papel y aconsejan a sus hijos que se metan en aprendices en la mina por si las otras posibilidad no salen adelante, lo que suele ocurrir. Pero al menos tenían un trabajo. La cuestión es que ahora estas comunidades están descalabradas y, dice el autor, para una adolescente es más rentable acceder a una ayuda pública por embarazo que ponerse a buscar un trabajo allí donde no hay ninguno,

El caso es que en esos pueblos donde cerró la mina y están desindustrializados, hay más posibilidades de que entre la droga o que la juventud no tenga posibilidades de un mejor futuro. Viven de ayudas públicas pero no porque sean vagos sino por los problemas del paro crónico en sus localidades.

Para Owen, los sindicatos y las comunidades industriales quedaron machacadas con las políticas thatcheristas y luego por las neolaboristas (que las copiaron al ver que les daban muchos votos). El autor insiste en que durante 20 años ha habido una «demonización» de la clase obrera, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de comunicación están dominados por la clase media de Inglaterra y que los votantes suelen ser de clase media.

Esto ha llevado a que los trabajadores estén desencantados con el laborismo, porque lo identifican con el thatcherismo, y se hayan interesado por otras opciones políticas como el BNP, un partido racista y de extrema derecha, que gana votos en los barrios más castigados.

Owen también analiza el auge del movimiento antimigratorio en aquellos barrios que antaño eran industriales. Los vecinos se quejan de que los inmigrantes obtienen antes que ellos las viviendas sociales y otros privilegios, por lo que se sienten desplazados. Además, los inmigrantes aceptan menores salarios y trabajar más horas, lo que le gusta mucho a los empresarios que prefieren contratarlos frente a los trabajadores locales. De ahí, que haya surgido un malestar en los barrios que fueron desindustrializados.

Written by evpita

febrero 21, 2016 at 7:11 pm

«El Minotauro global», de Yanis Varoufakis (2011)

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Resumen de «El Minotauro global», de Yanis Varoufakis (2011)

Ver el resumen original y actualizado en : http://evpitasociologia.blogspot.com/2016/02/el-minotauro-global-de-yanis-varoufakis.html

Referencia APA: Varoufakis, Yanis (2011): «El Minotauro global. EE.UU., Europa y el futuro de la Economía Mundial». Madrid: Capitán Swing Libros (2012)

Resumen por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, Economía Política, crisis del 2008

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Título: «El Minotauro global»

Subtítulo: «EE.UU., Europa y el futuro de la Economía Mundial».

Título original: «The global Minotaur: America, the true origins of the financial crisis and the future of the world economy (2011)»

Publicación en inglés:2011

Editorial: Capitán Swing Libros SL, Madrid, 2012

Número de páginas: 333

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Texto de la contraportada:

«En este extraordinario y provocador libro, Varoufakis destruye el mito de que la financiación, la regulación ineficaz de los bancos y la globalización fueron las causas de la crisis económica global. Más bien, son síntomas de un malestar que pueda rastrearse hasta los años setenta: la época en que nació el «Minotauro global». Igual que los atenienses mantenían un flujo constante de tributos a lo bestia, así el «resto del mundo» envía sumas increíbles de capital a EE.UU, y a Wall Street. De este modo, el Minotauro global se convirtió en el motor que impulsó la economía mundial desde principios de los años 80 hasta 2008.

La crisis actual en Europa, los acalorados debates sobre austeridad frente a estímulos fiscales en EE.UU., y el choque entre las autoridades chinas y el gobierno de Obama sobre los tipos de cambio son los síntomas inevitables del delibitamiento del Minotauro, la prueba de un sistema global tan insostenible como descompensado. Más allá de esto, el autor expone las opciones que tenemos a nuestra disposición para volver a poner un mínimo de sensatez en un orden global altamente irracional.

Quedan muchos cabos por atar en este período, pero el libro de Varoufakis representa una magnifica introducción, escrita con un estilo muy lúcido, desde un país sacudido por la hecatombe económica,»

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Biografía del autor Yanis Varofakis (hasta el 2012)

Yanis es un reconocido economista greco-australiano de reputación científica internacional. Es profesor de política económica en la Universidad de Atenas y consejero del programa económico del partido griego de la izquierda, Syriza, Actualmente, enseña en los EE.UU., en la Universidad de Texas, y es un activo participante en los debates sobre las crisis mundiales, europeas y griegas, así como co-fundador de Vital Space (www.vitalspace.org).

Desde enero de 2004 hasta diciembre del 2006 Varoufakis sirvió como asesor económico de George Papandreaou, de cuyo gobierno se convirtió en un ferviente crítico unos pocos años más tarde. Autor de varios libros sobre teoría de juegos, Varoufakis también es un orador reconocido y aparece a menudo como analista invitado para los medios de noticias como la BBC Today, CNN, Sky News, Bloomberg TV entre otros. En noviembre del 2010 él y Stuat Holland, un exdiputado del Partido del Trabajo y profesor de economía en la Universidad de Coimbra (Portugal) publicó Una propuesta modesta, un conjunto de políticas económicas orientadas a la superación de la crisis del euro.

Su último libro, El Minotauro global, es para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de la evolución del capitalismo en las últimas seis décadas.

(Nota del lector: en el 2015, Varofaukis llegó a ser ministro de Economía de Grecia, cargo que dejó tras celebrar el partido Syriza un referendum sobre si aceptar o no las condiciones de préstamos de la UE).

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ÍNDICE

1. Introducción

I. El momento 2008

II. Seis explicaciones de por qué sucedió.

1. «Principalmente es un fracaso de la imaginación colectiva de gente muy brillante a la hora de entender los riesgos que corre el sistema en su conjunto»,

2. Captura regulatoria.

3. Codicia irreprimible.

4. Orígenes culturales.

5. La teoría tóxica

Tres teorías tóxicas que apuntalaron el pensamiento del «establishment» hasta 2008.

6. Fallo sistemático

III, El desafío del paralaje.

IV. El Minotauro global: primer vislumbre.

2. Laboratorios del futuro

I. Nuestros dos grandes saltos adelante

II. El sccreto de Condorcet en la era del Capital

III. La paradoja del éxito y las crisis redentoras

IV. Suban las apuestas: crashers, crisis y el papel de las finanzas

V. El crash de 1929

VI, Midas pierde su toque: la caída del Patrón Oro

VII. Los dos gremlins: los mercados laboral y monetario

VIII. El espíritu de la máquina

IX. Epílogo: la incubación del Plan Global

3. El Plan Global

I. La extraordinaria oportunidad

II. Bretton Woods

III. La oportunidad perdida

IV. El ascenso de los caídos

V. El Plan Marshall para dolarizar Europa y rehabilitar Alemania

VI. La Unión Europea y el milagro japonés

VII. La ideología geopolítica del Plan Global

VIII. Las políticas internas de EE.UU. durante el Plan Global

IX. Conclusión: la edad de oro del capitalismo

4. El Minotauro global

I. El talón de Aquiles del Plan Global

II. El Plan Global se desmorona

III. Interregno: la crisis del petróleo de los setenta

IV. El Minotauro global

V. Los cuatro carismas del Minotauro

Condición de moneda de reserva

Costes energéticos crecientes

Mano de obra productiva y abaratada

Poder geopolitico

VI. Un mecanismo global de reciclaje de excedentes muy peculiar

VII. Conclusión: el rutilante triunfo del Minotauro global

5. Las doncellas de la bestia

I. La envidia del Minotauro

II. La fiebre de la absorción: Wall Street crea valores metafísicos

III. Cobertura y apalancamiento.

IV. La ideología del chollo en la Era del Exceso: el efecto Wallmart

V. Casas corruptas, dinero tóxico

Wall Street genera su propio dinero particular

VI. Teoría tóxica, Parte A; política del goteo, economía de la oferta

VII. Teoría tóxica. Parte B: modelos económicos y delirios varios

VIII. Epílogo: la escritura en el muro

6. Crash

I. Torres que se derrumban

II. Crónica de un crash anunciado: contracción del crédito, rescates y la socialiación de casi todo

2007: los canarios en la mina

2008: el acontecimiento principal

Después del 2008: las interminables secuales

III, La depresión

IV. Epílogo: la entrada en la «quiebrocracia»

7. Las dos doncellas cabalgan de nuevo

I, Con ayuda de mis amigos: el Plan Geithner-Summers

II. La versión europea del Plan Geithner-Summers

III. Mordiendo la mano que les dio de comer: la mayor audacia de la más fea de las doncellas

IV. El regreso de la gestión depredadora, las teorías económicas vacuas y la curiosa tragedia del fundamentalismo mercantil

V. Epílogo: lo peor de ambos mundos

8. El legado global del Minotauro: el sol que se apaga, los tigres heridos, una Europa veleidosa y un dragón ansioso

I. El sol apagado: las décadas perdidas de Japón

II. Tigres heridos: Japón, América y la crisis del Sudeste Asiático

III. La Europa de Alemania

IV. El traje nuevo del marco alemán

V. La reunificación alemana y su relevancia global

VI. Primero como historia, luego como farsa: los rescates de los bancos europeos

VII. Grecia y la deuda

VIII. Montañeras que se despeñan y la crisis del euro

IX.¿Por qué titubea Europa cuando la crisis podría resolverse sencilla y rápidamente?

X. El dragón ruge y se desasosiega

XI. Epílogo: entre la quiebrodemocracia de Occidente y la frágil fortaleza de Oriente

9. ¿Un futuro sin el Minotauro?

I. La hipótesis del Minotauro global: resumen

II. ¡El Minotauro está muerto! ¡Larga vida a los déficits de EE.UU.!

III. La muerte del Minotauro en imágenes

IV. Estados Unidos después del Minotauro

V. La flexibilización cuantativa como la forma más compleja de pensamiento ilusorio

VI. Europa después del Minotauro

VII. China después del Minotauro

VIII. Postfacio a la segunda edición: los actores de la historia

IX. El autocontrol y los peligros del éxito.

X. ¿Puede sobrevivir el Minotauro?

XI. Una economía mundial aturdida

XII. El mecanismo perdido.

XIII. ¿Y ahora qué? En busca de los siguientes actores de la historia.

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RESUMEN

Yanis Varoufakis y su colega Joseph Halevi intentan describir lo que puso en marcha el mundo tras las crisis económicas de los años 70 (crisis del petróleo). La idea surgió en el artículo «Minotauro Global» publicado en el 2003 en la revista Monthly Review. Sostienen que la característica definitoria de la economía política global era la inversión del flujo de excedentes de comercio y capital entre Estados Unidos y el resto del mundo. Según Varoufakis y Halevi, EE.UU. incrementaba a propósito sus déficits una vez que había perdido su posición global de superávit. Creen que juegan importancia el déficit de Wall Street y el siempre en decadencia verdadero valor de los salarios estadounidenses,

Varoufakis sostiene que tras 1971 hubo un cambio de rumbo del comercio y el flujo de excedente de capital entre EE.UU. y el resto del mundo.

Países con Grecia, España o Italia no tendrían nada que hacer ante estas políticas salvo decir «no» a las necias políticas cuyo real objetivo es profundizar la depresión por unas razones apócrifas.

Varoufakis empieza su relato hablando de que la década de los 90 y 2000 se basaron en hacer crecer una burbuja financiara basada en los CDO (paquetes de deuda que al valer un 1% más que el interés bancario se convirtieron en dinero real para los bancos), una especie de cuento de fantasía donde los beneficios siempre aumentaban y cuando había riesgo de quiebra intervenía el Estado para resolverlo. Según el autor, los gurús financieros e innovadores financieros trabajaron bajo la hipótesis de que no había riesgos (porque se empaquetaban en paquetes con distintos grados de deuda) y si los había eran incalculables, un sistema que tarde o temprano tenía que caer, como ocurrió en el 2008. Varoufakis considera que Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal durante 19 años hasta que se jubiló en el 2008, fue honrado al reconocer que cometió un error.

Tres teorías, que Varoufakis califica de «fraude intelectual», dominaron el panorama hasta el 2008 (páginas 34 a 36):

– Hipótesis del Mercado Eficiente (HME): Nadie puede hacer dinero sistemáticamente dudando del mercado. ¿Por qué? Porque los mercados financieros se las ingenian para asegurarse de que los precios actuales revelen toda la información privada que hay. Algunos agentes de los mercados reaccionan exageramente ante la nueva información, otros reaccionan con pasividad. Por lo tanto, incluso cuando todos se equivocan, el mercado acierta. ¡Pura teoría panglossiana!

– Teoría de las Expectativas Racionales (TER): Nadie debería esperar que ninguna teoría sobre las acciones humanas haga predicciones acertadas a largo plazo si la teoría presupone que los humanos la malinterpretan por sistema o la ignoran totalmente. Por ejemplo, imaginemos que una brillante matemática desarrollase una teoría para farolear en el póquer y nos instruyera en su uso. La única forma de que funcionase para nosotros sería si nuestros oponentes no tuviesen acceso a la teoría o la malintepretaran. Porque si nuestros oponentes también conociesen la teoría, todos podrían usarla para averiguar cuándo vamos de farol, frustrando así el propósito del farol. Al final, la abandonaríamos y ellos harían lo mismo. La TER da por sentado que tales teorías no pueden predecir bien el comportamiento porque la gente se dará cuenta y, con el tiempo, infringirá sus mandatos y predicciones. Eso suena antipaternalista. Presupone que la sociedad no puede recibir muchas aclaraciones de teóricos que creen conocer sus comportamientos mejor que Fulano o Mengano. Pero la puntilla viene al final: para que la TER se sostenga, tiene que ser cierto que los errores de la gente (cuando predice alguna variable económica, como la inflación, los precios del trigo, el precio de un derivado financiero o de una acción) siempre tienen que ser aleatorios. Sólo se necesita reflexionar un momento por ver que la adhesión a la TER, especialmente cuando se asocia con la HME, es equivalente a no esperar nunca recesiones, por no mencionar las crisis, Así que, ¿cómo responde un creyente de la HME y la TER cuando sus ojos y oídos le gritan a su cerebro: «¡recesión, quiebra, colapso!»? La repuesta es dirigiéndose a la TCER en busca de una explicación reconfortante.

– Teoría del Ciclo Económico Real (TCRN): Tomando la HEM y la TER como punto de partida, esta teoría describe el  capitalismo como una Gaia perfectamente ajustada. Sin interferencias, permanecerá en equilibrio y nunca sufrirá una contracción (como la del 2008). Sin embargo, bien podría ser «atacada» por algún shock «exógeno» (proveniente de algún estado entrometido, una caprichosa Reserva Federal, los abyectos sindicatos, productores de petróleo árabes, extranjeros, etc..), a la que debe responder y adaptarse. Como una benevolente Gaia que reaccionase al impacto de un inmenso meteorito, el capitalismo responde con eficiencia a las sacudidas exógenas. Quizás le lleve un tiempo absorber el golpe y puede que haya muchas víctimas en el proceso, pero, con todo, la mejor manera de gestionar las crisis es dejar que el capitalismo lidie con ellas sin ser sometida a más choques administrados por las egoístas  autoridades estatales y sus compañeras de viaje (que fingen defender el bien común para promover sus propios intereses).

Posteriormente, Varoufakis habla del Plan Global entre 1950 y 1970, que luego dio paso al Minotauro Global.

Según el Plan Global, Estados Unidos tenía excedentes de capital y los prestaba a Europa y Japón para reconstruir esos países y alimentar el consumo de productos americanos. No había inflación y la estabilidad era importante, los sindicatos eran fuertes, los impuestos altos y los salarios subían. Había un gran gasto público. El precio del petróleo estaba a 4 dólares.

Todo funcionaba de maravilla pero Nixon acabó con el patrón oro-dólar y aceptó la libre convertibilidad. Esto abrió la era del Minotauro global, dice Varoufakis. Las divisas se dispararon, la cotización del dólar varió, los países de la OPEP subieron los precios y se disparó la inflación a la vez que el paro. El mundo de los años 70 entró en una «estanflación» (alta inflación y alto desempleo a la vez). A partir de entonces, se adoptaron políticas liberalizadoras de la economía con una rebaja sustancial de los impuestos para atraer inversiones. Pero, sobre todo, el gran cambio fue sobre el flujo de capitales: el dinero extranjero fluyó hacia Wall Street (una de las doncellas del Minotauro) como torrentes y también hacia la City de Londres, capitales financieras que colocaron los excedentes en el consumo interno de Estados Unidos. Los salarios no pararon de bajar desde 1971 pero la clase media se financiaba sus gastos mediante créditos fáciles: de ahí, que los productos financieros permitían la creación de hipotecas de casas para todo el mundo. Los bajos salarios se compensaban con una facilidad de crédito a través de tarjetas de crédito, préstamos rápidos, etc…

El resto de la historia es conocido: los expertos financieros «innovaron» con productos de riesgo, coberturas de seguro y otros tipos de «apalancamiento» que conllevaron la posterior quiebra del sistema financiero. Según Varoufakis, el Minoutauro global se hundió en el 2008.

Written by evpita

febrero 21, 2016 at 7:10 pm