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Resumen de «La era del capitalismo de vigilancia», de Shoshana Zuboff (2019)
resumen de «La era del capitalismo de vigilancia», de Shoshana Zuboff (2019)
ACTUALIZACIÓN
Link al resumen original y actualizado:https://evpitasociologia.blogspot.com/2019/01/la-era-del-capitalismo-de-vigilancia-de.html
Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Derecho y Sociología
Sociología, capitalismo, redes sociales, big data, Internet, sociedad de la información
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Ficha técnica
Título: “La era del capitalismo de la vigilancia”
Subtítulo: La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder
Título en inglés: “The Age of Surveillance Capitalism”
Autora: Shoshana Zuboff
Publicado en inglés en 2019
Editorial en español: Paidós, Editorial Planeta, Barcelona, 2020
Número de páginas: 910
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Biografía oficial de la autora (hasta 2020)
Shoshana Zuboff es autora de tres obras, cada una de las cuales ha aparecido en el inicio de una nueva era tecnológica. A finales de la década de los 80, In the Age of the Smart Machine [En la era de la máquina inteligente] anticipó la revolución que los ordenadores provocarían en los lugares de trabajo. A finales del siglo XX, The Support Economy [La economía de soporte] predijo el auge del capitalismo digital y de los servicios creados a medida del consumidor. La era del capitalismo de vigilancia pone al descubierto un mundo en el que los usuarios ya no son meros clientes sino la materia prima de un nuevo sistema industrial. La doctora Zuboff es emérita de la Harvard Bussines School y profesora asociada en el Berkman Center for Internet and Society de la Harvard Law School.
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Texto de la contraportada
“En esta obra magistral por la originalidad de sus ideas y las investigaciones en ella expuestas, Shoshana Zuboff nos revela el alarmante fenómeno que ella ha denominado “capitalismo de la vigilancia”. Está en juego algo de la máxima importancia; toda una arquitectura global de modificación de la conducta amenaza con transfigurar la naturaleza humana en el siglo XXI de igual modo a como el capitalismo industrial desfiguró el mundo natural en el siglo XX.
Gracias al análisis de Zuboff, cobran vida de forma gráfica las consecuencias del avance del capitalismo de la vigilancia desde su foco de origen en Silicon Valley hacia todos los sectores de la economía. Hoy se acumula un enorme volumen de riqueza y poder en unos llamados “mercados de futuros conductuales” en los que se compran y venden predicciones sobre nuestro comportamiento, y hasta la producción de bienes y servicios se supedita a un nuevo “medio de modificación de la conducta”.
La amenaza que se cierne sobre nosotros no es ya la de un Estado “Gran Hermano” totalitario, sino la de una arquitectura digital omnipresente: un “Gran Otro” que opera en función de los intereses del capital de la vigilancia. El exhaustivo y turbador análisis de Zuboff pone al descubierto las amenazas a las que se enfrenta la sociedad del siglo XXI: una “colmena” controlada y totalmente interconectada que nos seduce con la promesa de lograr certezas absolutas a cambio del máximo lucro posible para sus promotores, y todo a costa de la democracia, la libertad y nuestro futuro como seres humanos.
Estamos en una coyuntura crítica en la confrontación entre el vasto poder de las empresas de alta tecnología y el gobierno, la lógica económica oculta del capitalismo de vigilancia y la propaganda de la supremacía de las máquinas que amenazan con moldear y controlar la vida humana. ¿Amenazarán los nuevos métodos descarados de ingeniería social y modificación del comportamiento la autonomía individual y los derechos democráticos? ¿Introducirán nuevas formas extremas de desigualdad social? ¿O la promesa de la era digital será de empoderamiento individual y democratización?
La era del capitalismo de la vigilancia ofrece un análisis lucido y revelador de las futuras batallas que, en el próximo capítulo del capitalismo, decidirán el significado de la civilización de la información en el siglo XXI. La cuestión es si seremos los dueños de la información y las máquinas, o sus esclavos.
Sin apenas resistencia en la legislación o en la sociedad, el capitalismo de la vigilancia va camino de dominar el orden social y determinar el futuro digital… si no se lo impedimos antes”.
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ÍNDICE
Introducción
- Hogar o exilio en el futuro digital
Primera parte
Los fundamentos fundacionales del capitalismo de la vigilancia
- Nueve de agosto del 2011. Preparación del escenario.
3, El descubrimiento del excedente conductual
4, El foso alrededor del castillo
- La elaboración del capitalismo de la vigilancia: secuestrar, acaparar, competir
- Secuestrados: la división del aprendizaje social
Segunda parte
El avance del capitalismo de la vigilancia
- El negocio de la realidad
- Rendición-conversión (rendition): de experiencias a datos
- Redición-conversión (rendition): desde las profundidades
- Haz que bailen
- El derecho al tiempo futuro
Tercera parte
Poder instrumentario para una tercera modernidad
- Dos especies de poder
- El Gran Otro y el auge del poder instrumentario
- Una utopía de certeza
- El colectivo instrumentario
- De la vida en la colmena
- El derecho de asilo y refugio
Conclusión
- Un golpe desde arriba
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RESUMEN
La autora define el capitalismo de vigilancia como:
- Nuevo orden económico que reclama para sí la experiencia humana como materia prima gratuita aprovechable para una serie de prácticas comerciales ocultas de extracción, predicción y ventas.
- Lógica económica parasitaria en la que la producción de bienes y servicios se subordina a una nueva arquitectura global de modificación conductual.
- Mutación inescrupulosa del capitalismo caracterizada por grandes concentraciones de riqueza, conocimiento y poder que no tiene precedente en la historia humana.
- El marco fundamental de una economía de la vigilancia.
- Amenaza tan importante para la naturaleza humana en el siglo XXI como lo fue el capitalismo industrial para el mundo natural en los siglos XIX y XX.
- Origen de un nuevo poder instrumentario que impone su dominio sobre la sociedad y plantea alarmantes contradicciones para la democracia de mercado.
- Movimiento que aspira a imponer un nuevo orden colectivo basado en la certeza absoluta.
- Expropiación de derechos humanos cruciales que perfectamente pueden considerarse como un golpe desde arriba: derrocamiento de la soberanía del pueblo.
En la primera parte del libro la autora aborda la cuestión de los elementos fundacionales del capitalismo de la vigilancia: sus orígenes y su fase temprana de elaboración.
El capítulo 2 expone cómo se creó el marco propicio para que el capitalismo de vigilancia hiciera su triunfal acto de aparición. La autora dice que no bastan con las explicaciones superficiales, como la comodidad y gratuidad de los servicios. Habla de la colisión que se produjo durante varios siglos en la “individualización” que ayudó a que lo digital entrara en las vidas cotidianas de la gente. Por un lado, la gente quería ser autónoma pero por otro estaba sometida a tres décadas de régimen de una economía de mercado neoliberal en la que nuestra valía y necesidades de libre determinación individual autónoma se ha visto boicoteada, lo que genera dolor y frustración. Eso hizo que la gente buscase sustento en Internet y se doblegase al “draconiano” quid pro quo ofrecido por el capitalismo de vigilancia.
La autora aborda después cómo se inventó el capitalismo de vigilancia y su evolución en Google, partiendo de las “leyes del movimiento”. La autora dice que Google impuso un desprecio a la vida privada como por la integridad moral del individuo. El capìtalismo de vigilancia se creyó con derecho a invadir a voluntad, a usurpar los derechos de decisión individuales en beneficio de la vigilancia unilateral y de la extracción autoautorizada de la experiencia humana para lucro de otros.
La autora recalca que había una ausencia de legislación que impidiese esto porque había intereses también de las agencias de inteligencia de los Estados y por la tenacidad de las corporaciones.
Las grandes compañías (Google y sus competidores) tienen grandes asimetrías de conocimientos y poder y se ha creado una especia de división del aprendizaje social.
En la segunda parte del libro, la autora aborda la migración del capitalismo de vigilancia desde el entorno digital hasta el mundo real como consecuencia de los productos predictivos que se aproximen a la certeza absoluta. Hay un negocio de la realidad (la experiencia humana es la materia prima para convertirse en datos conductuales). Se efectúa bajo el paraguas de la personalización. Pero además, las compañías también han aprendido a “moldear” nuestro comportamiento para que favorezca resultados comerciales. Pone como ejemplo el juego de realidad virtual Pokemon Go.
La tercera parte examina el auge del poder instrumentario y su manifestación en una infraestructura computacional ubicua, sensitiva e interconectada en red (el Gran Otro), lo que genera una visión de la sociedad antidemocrática. El instrumentalismo no es un totalitarismo sino algo diferente, un mercado con certeza total, algo inimaginable fuera del ámbito digital.
Primero el capitalismo de vigilancia migró del mundo virtual al real, luego del real al social (una especie de mente colmena; las máquinas afinan la sociedad).
Finalmente, la autora explica cómo el capitalismo de vigilancia se desvía del libre mercado hasta dar un “golpe por arriba” (derrocan la soberanía del pueblo) para dominar territorios humanos, sociales y políticos. Propone que el pueblo invierta el proceso.
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Nota: resumen elaborado a partir del extracto publicado por Le Monde Diplomatique (enero 2019, portada y páginas 22 y 23) y de El País (27-09-2020)
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Ficha técnica
Título original en inglés: «The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power»
Autora: Shoshana Zuboff
Publicado por Public Affairs, Nueva York, 2019
Traducción al español: Traducción del primer cápitulo en Le Monde Diplomatique (enero 2019, portada y páginas 22 y 23)
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Biografía de la autora Shoshana Zuboff (hasta el 2019)
Shoshana Zuboff es profesora emérita en la Harvard Business School. Autora de «The Age of Surveillance Capitalism»
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Resumen del extracto publicado en Le Monde Diplomatique (español) en enero del 2019
Comentarios iniciales: La autora se suma a la corriente de expertos (Lanier, Morozov y otros) que cuestionan la arquitectura de las redes sociales con sus métodos para extraer datos de los usuarios de forma masiva. Ya no es solo que las grandes tecnológicas de Silicon Valley invadan la esfera privada e intimidad del usuario, o que no les paguen por sus datos ni por los contenidos que crean, sino que además ahora pretenden modificar el comportamiento y la conducta de esos usuarios, en base a esa vigilancia y extracción masiva de datos. La manipulación de los usuarios, ya sea con fines comerciales o políticos, es cuando menos «preocupante» en un sistema democrático de libre competencia de mercado. Recuerda que la historia del capitalismo consiste en captar cosas ajenas a la esfera comercial para convertirlas en mercancía.
[Nota del lector: A mayores, la autora se adentra en un viejo debate entre economistas teóricos: la existencia de un socialismo altamente tecnificado, una economía planificada que extrae y computa datos masivos de los ciudadanos para predecir con exactitud los comportamientos y demanda de los consumidores de forma que genera la misma información que habrían transmitido los precios en el libre mercado (Hayek)].
La tesis de la autora es que la telemática ha inaugurado una nueva era, la del control del comportamiento. Esta nueva economía de la acción y el empuje «reinventa» al usuario a través del poder de los grandes conglomerados (aseguradoras, tecnológicas…) y mediante sus medios de modificar comportamientos. El negocio está en generar certezas lucrativas.
La autora explica que Google mutó en el año 2000 para transformar su publicidad, Internet y la propia naturaleza del capitalismo de la información «en un proyecto de vigilancia formidablemente lucrativo». Dirigía la publicidad digital a personas concretas. Señala que el capitalismo de la vigilancia (extraer una plusvalía de nuestro comportamiento con fines concebidos por otros) se impuso como «el modelo por defecto» del capitalismo de la información en la Red. Añade que la «economía de la vigilancia» se basa en un principio de subordinación y de jerarquía (ya no hay reprocidad entre empresas y usuarios). La autora dice que ya ni siquiera somos el «producto» que vende Google (como se decía antes) sino «los objetos cuya materia se extrae y se inyecta en fábricas de inteligencia artificial de Google que fabrican los productos predictivos vendidos a los verdaderos clientes: las empresas que pagan por competir en los nuevos mercados ligados al comportamiento».Parafraseando a Polanyi y sus tres clases de mercancía, la autora ve una cuarta clase de mercancía: el fruto de la expropiación de las experiencias humanas reales que renace como «comportamiento» para realizar predicciones (el pronóstico es lo que se compra y vende).
Las cadenas de montaje producen «certeza».Surge así lo que ella denomina «imperativo de extracción» (La primera dimensión sería recopilar todos los datos posibles de cada usuario; hasta cómo duerme o de qué habla por la mañana. La segunda dimensión sería la profundización (explorar nuestras particularidades más íntimas). El resultado es que nuestras casas se encuentran en el «punto de mira» del capitalismo de vigilancia (según la autora).Shoshana Zuboff señala que la lógica de ganancia es que el método más seguro para predecir el comportamiento sigue siendo la intervención en el origen: «moldear» la conducta. Es lo que bautiza como «economías de acción» (software diseñado para intervenir en situaciones reales sobre personas y cosas reales dándoles un «empujoncito» (leáse al Nobel experto en «empujes»). Son acciones que modifican el comportamiento del usuario en direcciones concretas (el famoso caso de que si no pagas el seguro del coche, se apaga el motor, apagarse la nevera si eres obeso o apagarse la tele si tienes que madrugar). Ellos componen la música y esta los hace bailar.Dice que el juego virtual Pokemon Go se convirtió en «el laboratorio vivo de modificación de comportamientos que conjugaba fácilmente escala, alcance y acción».Ve una siniestra paradoja: los nuevos instrumentos internacionales de modificación del comportamiento suponen una nueva «era reaccionaria»: el capital es autónomo y los individuos heterónomos (justo lo contrario de una plenitud democrática).
El libro arranca con la historia de un vecino de Nueva Jersey en el verano del 2016 que estaba en su casa cuando timbraron a su puerta unos adolescentes con sendos móviles. Le pedían permiso para capturar un nuevo tipo de «Pokemon Go» que habían visto en su jardín. La autora señala que este juego de «cazar» mascotas virtuales (realidad aumentada) fue uno de los más populares y que ayudó a lograr ciertos intereses comerciales y que los usuarios estaban siendo utilizados por el que denomina «capitalismo de vigilancia», que califica como «una lógica audaz y sin precedentes». [
nota del lector: aunque la autora no lo cita expresamente, Google estaba cartografiando todo el mundo pero había lugares por los que no pasaban sus coches por ser zonas peatonales, o boscosas: ¿qué tal si los usuarios-peatones se dedicaban a mapear gratis esos lugares intransitables a la caza de Pokemons].
Señala que Pokemon Go (creada por Niantic Labs) fue un gran experimento de «economía de acción» porque recopilaba muchos datos, además de hacer más «frecuentes» unos sitios que otros (allí donde había que poner la publicidad, pagada a coste de visita). O sea, estaban llevando a la gente a unos «sitios precisos» en los que gastar el dinero en el mundo real.
La autora retrocede al año 1999, cuando Google aún carecía de una estrategia para dar dinero a sus inversores. Tras el estallido de la burbuja de las punto.com en el 2000, Google prestó más atención a su departamento de publicidad (AdWorks), que solo tenía siete personas. Empezaron a generar información mediante publicidad selectiva según el perfil del usuario (información que se deducían de sus hábitos de búsqueda, documentos descargados…). Se trataba de determinar los perfiles de los usuarios y utilizarla para difundir anuncios publicitarios y mejorar las predicciones de comportamiento del público o, como dice la autora, de «leer los pensamientos» del cliente.
Los datos de comportamiento pasaron a ser la materia prima esencial para construir un mercado de la publicidad dinámica digital. Esta «plusvalía del comportamiento» (medida en ratio de clics) y beneficio exponencial se basaba en deducir los pensamientos, sentimientos, intenciones e intereses de los individuos sin necesidad de su consentimiento (era una extracción de datos automatizada). Lo denomina «espejo sin azogue» que generó una asimetría de saber y poder.
La técnica de Google para extraer cualquier información útil consistía en evaluar el contenido de una página y ver cómo interactuaban los usuarios. Al servicio se le llamó AdSense en el 2004 y generó decenas de miles de millones de dólares en un lustro.
Según la autora, en los últimos años proliferan los productos destinados a interpretar, seguir, almacenar y comunicar datos de comportamiento (hay termómetros, cepillos de dientes inteligentes y camas inteligentes que recopilan datos biométricos).
Entre las más interesadas en la economía del «empujón» o de inducir al comportamiento gregario, la autora apunta a las aseguradoras para «minimizar los riesgos». El plan es seguir y sancionar el comportamiento del asegurado en tiempo real (lo que se llama «behavioral underwriting» (seguro basado en el comportamiento), e incluso subir las tarifas en tiempo real o bloquear el coche a distancia.
[nota del lector: La tesis del «pequeño empujón» fue defendida en el libro «Un pequeño empujón (Nudge)», de Richard H. Thaler y Cass R. Sunstein (2008). Se basa en pequeñas acciones para que alguien cambie de conducta «por su bien» (estudie más, adelgace…), razón por la cual, se le critica por paternalista.
Richard H. Thaler fue premio Nobel de Economía en 2017 y el resumen del libro puede verse en:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2017/12/un-pequeno-empujon-nudge-de-richard-h.html ]
Referencias a PolanyiLa autora Shoshana Zuboff hace una referencia a «La gran transformación», de Karl Polanyi (1944), el cual describe en su ensayo el advenimiento de una economía de mercado autorreguladora mediante el advenimiento la invención de tres «mercancías ficticias»: 1) La vida humana subordinad a las dinámicas de mercado (trabajo que se compra y se vende) 2) la naturaleza que pasa a ser propiedad territorial 3) el intercambio convertido en comercial y resucitado en dinero.
Resumen del extracto publicado por El País el 27 de septiembre del 2020
Según la autora, el capitalismo de vigilancia usan los datos de comportamiento para mejorar los productos o servicios de sus clientes pero también usan el resto como «excedente conductual privativo («propiedad»), que se usa para la inteligencia de máquinas con los que fabrican productos predictivos lo que cualquier persona hará ahora, en breve y más adelante. Los productos predictivos se venden en los mercados de futuros conductuales. Más adelante, se afinó el proceso para «empujar» al usuario a conductas rentables, por lo que las máquinas están «moldeando» automáticamente nuestro comportamiento y el objetivo es «automatizarnos» a nosotros mismos.
La autora habla de un nuevo poder: el «instrumentalismo» (conoce el comportamiento humano y le da forma, orientándolo hacia los fines de otros). Los tentáculos alcanzan hasta los inocentes jugadores de Pokemon Go para que vayan a comer a ciertos restaurantes o hacer compras. También se expropia este excedente del perfil de Facebook.
Dice que fue Google el que inventó el capitalismo de vigilancia y sufragó su investigación, y se le sumaron Facebook y Microsoft y, previsiblemente, Amazon. Falta Apple, que tiene un debate interno.
Google entró en un terreno desconocido de Internet y creó los negocios a ritmo vertiginoso sin que las instituciones públicas ni los particulares fueran capaces de seguirlo.
El modelo se ha expandido no solo en los nuevos negocios de Internet (más allá de la publicidad) sino también «off-line» (en el parque, al aparcar, al desayunar, la navegación en línea, los me gusta). Ahora afecta a sectores como los seguros, comercio minorista, finanzas, dispositivos domésticos inteligentes, seguros conductuales… Dice que pagamos por ser dominados. No hay ningún intercambio, solo un gancho para atraer y exprimir nuestras experiencias para los fines de otros. Dice que no somos clientes del capitalismo de vigilancia sino que somos su fuente de alimento y cada vez es más difícil escapar de su tecnología avanzada de extracción.
Resumen del libro «La historia olvidada del liberalismo», de Helena Rosenblatt (2018)
Resumen del libro «La historia olvidada del liberalismo», de Helena Rosenblatt (2018)
Link del resumen original y actualizado:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2020/08/la-historia-olvidada-del-liberalismo-de.htm
Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación y licenciado en Sociología y Derecho
Sociología, teoría política, liberalismo
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Ficha técnica:
Título: «La historia olvidada del liberalismo»
Subtítulo: Desde la antigua Roma hasta el siglo XXI
Título en inglés: «The Lost History of Liberalism: From Ancient Rome to the Twenty-First Century»
Autora: Helena Rosenblatt
Fecha de publicación en inglés: 2018
Publicación en español: Editorial Crítica, Editorial Planeta, Barcelona, 2020
Páginas: 295
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Biografía oficial de la autora
Profesora de Historia en el Graduate Center de la Universidad de Nueva York. Es autora de varios libros, entre ellos Liberal Values: Benjamin Constant and the Politics of Religion y Thinking with Rousseau: From Machiavelli to Schmitt.
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Texto de la contraportada
La historia olvidada del liberalismo desafía nuestras suposiciones más básicas sobre un credo político que se ha convertido, a la vez, en un grito de guerra y un término despectivo del debate político. Helena Rosenblatt traza la evolución de las palabras «liberal» y «liberalismo» desde la antigua Roma hasta hoy, pasando revista a los acalorados debates que han tenido lugar sobre su significado.
En este libro oportuno y provocativo, Rosenblatt desacredita el mito popular del liberalismo como una tradición exclusivamente angloamericana centrada en los derechos individuales. Nos cuenta que fue la Revolución Francesa la que dio origen al liberalismo, y que solo a mediados del siglo XX el concepto se hizo ampliamente conocido en Estados Unidos. Fue durante la Guerra Fría y la creciente hegemonía mundial cuando el liberalismo se reconvirtió en una ideología estadounidense centrada fuertemente en las libertades individuales.
Hoy todavía no parecemos estar de acuerdo con el significado del liberalismo. En Estados Unidos, un liberal es alguien que aboga por un gran gobierno, mientras que en otras partes del mundo el gran gobierno es contrario al liberalismo: los debates políticos se complican debido a la confusión semántica y conceptual. La historia olvidada del liberalismo sienta las bases para una discusión más constructiva sobre el futuro de la democracia liberal.
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ÍNDICE
1. El significado de liberal desde Cicerón hasta Lafayette2. La Revolución Francesa y los orígenes del liberalismo (1789-1830)3. El liberalismo, la democracia y el surgimiento de la cuestión social (1830-1948)4. La cuestión del carácter5. Cesarismo y democracia liberal6. La batalla por la secularización de la enseñanza7. Dos liberalismos: el viejo y el nuevo8. El liberalismo deviene en el credo estadounidense.
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RESUMEN
Helena Rosenblatt repasa la historia del liberalismo desde las guerras con Napoleón hasta la época de Bismarck, las tensiones con el cristianismo, y el New Deal de Roosevelt y la reacción de Hayek y el neoliberalismo. La autora denosta que se perdieron la tradición francesa y alemana del liberalismo y que a partir de 1945 se impuso como único el credo liberal norteamericano.
Dewey detectó dos corrientes liberales: una era la progresista (más humanitaria y a favor de la intervención del Estado) y otra estaba en deuda con la gran industria y promovía el «laissez-faire». El liberalismo americano no tenía nada que ver con el «laissez-faire» ni con el evangelio del individualismo sino que predicaba la liberalidad y generosidad, especialmente de mente y carácter». Su objetivo era promover una mayor igualdad y combatir la plutocracia con ayuda del Gobierno.
La autora Helena Rosenblatt señala que la palabra «liberalismo» empezó casi como un insulto y ha sido denostada por la derecha americana como «enfermedad» y «veneno» y un «peligro para los valores morales». Helena Rosenblatt, sin embargo, explica que a partir de 1933, el presidente Roosevelt reinvindicó la superioridad moral del liberalismo pues los liberales creían en la generosidad y la conciencia social y estaban dispuestos a sacrificarse por el bien común. Ligó al partido demócrata con el liberalismo favorable a la intervención del Estado para buscar remedios con que hacer frente a nuevos retos y a los republicanos con el partido conservador. Beveridge declaró que la libertad significa más que la libertad de poder arbitrario de los gobiernos. Significa libertad de la servidumbre económica a la necesidad, la miseria y a otros males sociales. Un hombre hambriento no es libre». Hayek les advirtió al socialismo liberal que embarcarse en «proyectos colectivistas» conducían a los países a la peligrosa senda del fascismo y reclamaba volver al «viejo liberalismo» (no intervención del Gobierno en los asuntos económicos). Hayek se declaró «neoliberal». El liberalismo americano pasó a ser la única fuente y credo del liberalismo.
Los liberales de hoy en dia defienden el compromiso con los derechos y las decisiones individuales; rara vez menciona los deberes, el patrotismo, el autosacrificio o la generosidad con los demás. «Los liberales han dado la razón a sus adversarios», dice la autora.
El mensaje es el mismo: el liberalismo es una doctrina cuyo principio fundamental es la protección del individuo, sus derechos, intereses y opciones. El Gobierno existe para protegerlos.
Según un estudioso, el liberalismo se fundamente en las «necesidades animales» de los seres humanos. Un crítico dijo que los liberales rechazaban explícitamente cualquier noción del bien común: deseaban privatizar y reducir los contenidos de la vida humana.
La autora niega esta visión y dice que los liberales, a lo largo de la historia, se describieron como patrióticos, altruistas y concentrados en promover el bien común (la moral era fundamental en sus objetivos) y creían que el cometido del Gobierno era servir bien a la comunidad.Dice que Benjamin Constant promovía el autosacrificio, Alexis Tocqueville se preocupaba por el egoísmo, Leonard Hobhouse y Herbert Croly estaban atormentados por la plutocracia. «Los liberales estaban obsesionados con la moral y la formación del carácter», dice la autora.
La autora dice que «el giro hacia los derechos» se produjo a partir de las dos guerras mundiales y la guerra fría. Por un lado, el liberalismo se americacinó y, por otro, se reconvirtió en una doctrina que daba prioridad a los derechos individuales. A partir de Hayek (Camino de servidumbre, 1944), la asociación del liberalismo con un Estado fuerte y la intervención gubernamental se consideró una carga. El socialliberalismo derivaría en totalitarismo como en Alemania. En Estados Unidos se calificó de «socialistas» y «comunistas» a los partidarios del New Deal. Otros les culparon de la crisis ética de Occidente.
Llovieron críticas de católicos y protestantes por el relativismo moral de los liberales. Gurian, Maritain y Niebuhr difundieron la idea de que las sociedades liberales tendían a convertirse en «iliberales» y que el liberalismo desembocaba en totalitarismo o antiliberalismo como desenlace lógico de la arrogancia humana. La culpa era del secularismo liberal. También se criticó al cristianismo liberal (ética en vez de pecado) por peligroso y utópico. Hannah Arendt llegó a llamarlo «engendro del demonio» en Los orígenes del totalitarismo. Lo culparon de la política autodestructiva de Occidente.
A partir de 1945, los liberales giraron hacia la defensa de los derechos individuales (lo mismo por lo que antes habían sido calumniados) como forma de rechazar el totalitarismo. Se revisaron a todos los autores: Locke fue ahora el defensor de la propiedad; Constant defendía los derechos individuales, y Rawls, en Teoría de la Justicia, decía que un liberalismo basado en el individualismo y el interés personal conllevaría lógicamente al Estado de Bienestar.
La crítica comunitaria les acusó de ser demasiado individualistas y centrados en derechos privados en detrimento del bien común (no tenía en cuenta los vínculos comunitarios).Otros les denominaron «liberalismo purificado» o «liberalismo del miedo» que parecía solo dedicado al «control de daños».
Las feministas también entraron en el debate buscando qué derechos podrían funcionar para la mujer. Acusaron al liberalismo de descuidar las necesidades de las mujeres como mujeres y ser tan individualista que olvida la «personalidad moral».
Al promoverse ese liberalismo de los derechos, las tradiciones liberales de Francia y Alemania quedaron postergadas como «imperfectas» frente al liberalismo «genuino» de Estados Unidos. Solo se rescató al francés Constant, pero por su «individualismo radical» y se obviaron otras cosas.
Pierre Manent acusó al liberalismo de rechazar la noción del bien común y puso como fundadores a Maquiavelo y a Hoobes (en vez de a Locke). Le acusó de tener una funesta tendencia a la autodestrucción y conducir al totalitarismo.
La autora señala que aunque el liberalismo es la doctrina política dominante en Occidente hay una «suerte de triunfalismo que convive con el pesimismo». Ve crisis de confianza por la «democracia iliberal».
La solución, sugiere la autora, por articular una concepción del bien y una teoría liberal de la virtud. Insta a los liberales a reconectarse con los recursos de su tradición liberal para comprender y asumir sus valores fundamentales. El objetivo del libro es relanzar ese proceso.