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 Resumen del libro «La verdad sobre Facebook», de Frances Haugen (2023)

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 Resumen del libro «La verdad sobre Facebook», de Frances Haugen (2023)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/09/la-verdad-sobre-facebook-de-frances.html

Resumen elaborado por E. V. Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, redes sociales, Internet, economía digital, Silicon Valley, desinformación, Facebook

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Ficha técnica

Título: «La verdad sobre Facebook»,

Subtítulo: Por qué denuncié sus malas prácticas y por qué la red social más grande del mundo es tan peligrosa

Título en inglés: Power of One

Autora: Frances Haugen

Edición en inglés: 2023

Edición en español: Deusto, Planeta, Barcelona, 2023

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Biografía de la autora Frances Haugen (hasta 2023)

Frances Haugen (Iowa, 1980) es ingeniera informática, experta en gestión de productos algorítmicos y embajadora de Facebook. Estudió ciencias de la computación e Ingeniería Eléctrica en la Facultad de Ingeniería Franklin W. Ollin y tiene un máster en Administración de Empresas por la Harvard Business School.

Trabajó en Google y Pinterest  antes de unirse al equipo de integridad cívica de Facebook en 2019. En otoño de 2021 decidió hacer público el «modus operandi» de Facebook y se convirtió en delatora de la plataforma, destapando el escándalo conocido como los «papeles de Facebook».

La filtración de dicha documentación generó una concienciación global sobre los peligros de las redes sociales, los cuales llevaron a Haugen a testificar públicamente ante los parlamentos de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y la Unión Europea.

Desde que informó sobre las prácticas secretas de Facebook, Haugen se ha dedicado a asesorar a los poderes públicos en la regulación de las plataformas digitales y se ha convertido en una de las activistas más destacadas  a favor de la rendición de cuentas y la transparencia en las redes sociales.

En 2022, la revista Forbes la incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo.

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Texto de la contraportada

«La historia de la mujer que se enfrentó a Facebook y cambió la forma de entender las redes sociales»

«En septiembre de 2012, The Wall Street Journal publicó una exclusiva que sacudió el mundo. Facebook tenía conocimiento de los graves efectos nocivos que provocaba en la sociedad, pero no le interesaba remediarlo. Un mes después, la responsable de filtrar los archivos confidenciales que lo probaban salió del anonimato.

Se trataba de Frances Haugen. La joven extrabajadora de Facebook acusó a la compañía de Mark Zuckerberg de anteponer los beneficios económicos al bienestar y la seguridad de sus usuarios. Haugen dejó la empresa en mayo de 2021, pero no sin antes haber recopilado decenas de miles de documentos internos que fueron bautizados como los «Papeles de Facebook».

En su testimonio ante el Senado de Estados Unidos, la informática expuso cómo la plataforma – hoy llamada Meta- ignoró los informes e investigaciones que alertaban del impacto negativo de su tecnología en la sociedad. 

Haugen, que trabajó en el departamento encargado de vigilar la desinformación y los discursos de odio en la red social, explica con detalle en estas páginas la manera en la que el gigante tecnológico contribuye a los problemas de salud mental en los adolescentes, incentiva la difusión de bulos y permite la existencia de negocios ilegales en su web.

Este libro arroja luz sobre uno de los grandes temas de nuestro tiempo: el mecanismo de los algoritmos de las tecnológicas que, al recompensar los comportamientos extremistas y amplificar las incitaciones a la violencia, fomentan la polarización social y debilitan nuestra democracia.

La verdad sobre Facebook es un libro controvertido y revelador que aporta una visión novedosa sobre las implicaciones éticas de las compañías digitales en una sociedad gobernada por la tiranía del clic».

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ÍNDICE

 1. El Estado de la Unión

2. Mi juventud en Iowa

3. Olin: mi primera start-up

4. El Googleplex

5. Silicon Valley

6. Veritas

7. Muy cerca

8. A vueltas con los números

9. Expresiones de duda

10. La huida de San Francisco

11. Una amenaza descentralizada

12. La hora de la verdad

13. La extracción

14. La salida del anonimato

15. Sigamos adelante

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RESUMEN

La autora, que se formó como ingeniera analista de datos y directiva, señala en el libro que, durante su adolescencia, fue miembro de un equipo de debate político a nivel nacional (certamen entre institutos de EE.UU.) y que fue ahí cuando aprendió a organizar sus temas e ideas en carpetas en el ordenador, para tener todo ordenado por tema. Gracias a ese sistema luego tuvo una manera ordenada de extraer 2.000 documentos de Facebook y tenerlos perfectamente clasificados en carpetas, de forma que todo ese caudal de información fuese comprensible y útil. Así pudo organizar todos los datos para hacerlos asequibles a la prensa y a l Senado de EE.UU.

La autora, que llegó a padecer un problema digestivo y luego motor que la obligó a estar en silla de ruedas, cuenta sus inicios en Google (donde tenía jornadas intensivas de sol a sol y un día la jefa la llamó a las 10 de la noche para que volviese al trabajo revisasen el dosier de una presentación de un nuevo producto). Tras pedir una excedencia y una beca para hacer un máster MBA en Harvard (donde los ejecutivos de la fila del fondo se reían de ella por hacer preguntas en clase), regresó a Google pero su departamento fue desmantelado y ella tuvo que hacer pasillos hasta que se fue. Uno de sus trabajos más destacables en Google Books fue pillar a un estudiante o becario del MIT que estaba almacenando todos los libros que escaneaba Google tras el pago de los correspondientes derechos. Como ella era analista de datos, se dio cuenta de un insual tráfico desde una IP del MIT y le envió un correo al pirata diciéndole que lo habían pillado.

Tras pasar por Pinterest y otra start-up, recaló en Facebook. La autora cuenta que le encargaron la vigilancia cívica y que con su equipo quiso desarrollar un algoritmo que detectase las cuentas de los difusores de «fake news». Cuenta que, según averiguó, la empresa no tenía suficiente personal para filtrar todos los bulos y dividió entre los países anglosajones (o el mercado USA), que sí tendría filtro, y el resto del mundo, que no lo tenía entre otras cosas porque eran mercados de países pobres que recibían Internet gratis (free) gracias a Facebook con la idea de que más tarde serían rentables. Pero esta falta de recursos dejó pasar la campaña de genocidio contra el pueblo «rominma» en Birmania. Solo un empleado de Facebook hablaba birmano y trabajaba en Irlanda, desde allí intentó alertar a la cadena de mando pero, el mensaje, se perdió entre los escalones de la burocracia y, según dice, nunca llegó a la sede central en Silicon Valley.

Otra cosa que descubrió la autora es que la red social estimulaba los «likes» a los post para que los creadores de contenidos se sintiesen felices, no se desanimasen y siguiesen produciendo «post». La autora, por otros ejemplos que da, dedujo que a Facebook le interesaba más ganar dinero que cuidar de sus usuarios o valorarlos. Es más, todo el trabajo de meses Zuckenberg se encargó de revisarlo en un fin de semana y ordenar que todo siguiese igual para no perder dinero.

Durante el confinamiento, cruzó todo Estados Unidos en coche para quedarse en casa de sus padres. Se encerró a trabajar desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche en diversos proyectos.

Una de las misiones de Haugen, como analista de datos y subjefa del departamento de Integridad Cívica de Facebook, fue desenmascarar a los bots (redes de cuentas automatizadas creadas para generar campañas de manipulación política, vigilancia de activistas y opositores o por otro motivo) pero las reglas eran que solo podían hacerlo si superaban las 300.0000 visualizaciones de perfiles de usuarios al mes por cuenta (técnica del «scramping») con el fin de no hacer caer los servidores de Facebook. La autora descubrió que, lógicamente, los bots pasaban inadvertidos porque creaban miles de cuentas fantasma para extraer datos varias veces al día de los perfiles de los usuarios, no se sabe con qué motivo. El problema es que en Facebook no les importaba lo que estuviesen haciendo los bots por varios motivos: uno es que todo iba bien mientras no dañasen los servidores y si eliminaban miles de cuentas de usuarios-basura los accionistas se ponían nerviosos al ver que la red social perdía «amigos» aunque fuesen cuentas automatizadas. Ningún departamento le prestó atención porque andaban mal de personal y recursos, salvo la sección de contraespionaje porque comprendió que esas redes de bots tenían suficiente potencial para montar campañas. Lo que colmó la paciencia de Haugen fue que el departamento de Vigilancia Cívíca fue desmantelado y troceado en varios grupos justo antes de celebrarse las elecciones de noviembre del 2016 (que ganó Biden y recurrió Trump), lo que se hizo efectivo en los días siguientes.

En la parte final del libro, la autora dice que Integridad Cívica o lo que quedaba de ella avisó a Mark Zuckenberg de que el nuevo algoritmo de Facebook estaba premiando los «post» más extremistas (porque la indignación y la rabia daban más visitas), lo que podía generar daños a los usuarios. La autora dice que él tuvo oportunidad de cambiar las cosas y no lo hizo, razón por la que ella se decidió a denunciar y renunciar a su trabajo. Un periodista del The Wall Street Journal contactó con ella y le sacó fotos a miles de documentos en el ordenador para probar sus acusaciones contra Facebook, lo que le llevó a declarar en el Congreso. Hizo una campaña de imagen en televisión para que los ciudadanos supiesen que no era una empleada descontenta sino que quería avisar a la gente de lo que estaba pasando. WSJ montó un conglomerado de medios en Europa y otros países para difundirlo.

Otro de los episodios finales tiene que ver en el supuesto daño psicológico que Facebook estaba haciendo a los menores y adolescentes. La autora descubrió que Facebook, a través de sus métricas sabía que se estaban colando muchos niños de 10 años que mentían sobre su edad. En el análisis de datos, descubrió que Facebook tenía que saber, por sus compañeros y colegios, cuántos niños había en la red y, aún así, los expuso a publicidad y noticias de algoritmos tóxicos que puntuaban las noticias más extremas, por ejemplo, que incitaban a la bulimia y a perder peso, o a hacer clubes de autolesiones, entre adolescentes, y de los que la autora cree que hubo una presión psicológica a quienes estaban en redes. La autora dice que la compañía lo sabía y que no hizo nada para no perder un público infantil que le estaba siendo muy rentable a los anunciantes y publicistas.  Todo ese informe lo presentó ante una comisión en el Congreso para alertar de los riesgos de los algoritmos entre adolescentes.

La principal crítica que se hace es que Facebook tenía conocimiento de todos estos estudios y se comprometió públicamente a mitigar estos efectos pero no dispuso de la suficiente plantilla para realizar el trabajo con eficiencia y, además, solo se limitó a proteger a los hablantes de lengua inglesa en EE.UU. cuyo mercado no suponía ni el 10 % del global pero bajo el que estaba sometida su jurisdicción legal. La razón de no invertir más dinero en corregir estas disfuncionalidades era que la empresa no quería asustar a los inversores y reducía sus beneficios, cada dólar más contaba mucho. La autora cree que con un poco más de inversión en corregir esos defectos que generaba el algoritmo se podrían haber salvado muchas vidas (genocidio de minorías, adolescentes con problemas de anorexia, etc…) pero primó la codicia y el beneficio de los accionistas. 

Tras destaparse el tema de los adolescentes y otros fallos del algoritmo, Facebook sufrió una importantísima caída de la cotización y, tras declarar Frances Haugen, cambió su nombre a Meta.

Written by evpita

noviembre 25, 2023 at 7:34 pm

«Industria e Imperio», de Eric Hobsbawm (1968)

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 Resumen del libro «Industria e Imperio», de Eric Hobsbawm (1968)

 Resumen original y actualizado del libro en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/07/industria-e-imperio-de-eric-hobsbawm.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología.

Sociología, industrialización, capitalismo, Reino Unido, Imperio Británico, Historia de Gran Bretaña,  economía, Revolución Industrial

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Ficha técnica

Título: «Industria e Imperio»

Subtítulo: Historia de Gran Bretaña desde 1750 hasta nuestros días.

Título original en inglés: Industry and Empire. From 1750 to the Present Day

Autor: Eric Hobsbawm

Capítulo 16: C.J. Wrigley, escrito en 1999

Primera edición en inglés: 1968

Edición en español: 2001, 2016, 2023, 

Edición de 2023: Editorial Crítica, E. Planeta, Barcelona 

Número de páginas: 368

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Biografía del autor Eric Hobsbawm (1917-2012)

Eric Hobsbawm está considerado uno de los grandes historiadores de siglo XX. Nació en Alejandría en 1917, creció en Viena y Berlín durante los años 30 y después de mudarse a Londres, estudió Historia en Cambridge. A partir de 1947 impartió clases durante muchos años en el Birkbeck College, en la Universidad de Londres, donde se convirtió en profesor emérito de Historia Social y Económica, además de ser profesor visitante en varias universidades de todo el mundo. Obtuvo 17 doctorados honoris causa y otros muchos premios y distinciones. Entre sus numerosos libros, publicados por Crítica, destaca la serie sobre el «largo» siglo XIX, formada por La era de la revolución (1789-1848) (1997), La era del capital (1848-1875) (1998), la Era del Imperio (1875-1914) (1998) e Historia del siglo XX (1998), que ha sido traducida a muchos idiomas y aclamada por Nial Ferguson como «el mejor punto de partida para cualquiera que desee comenzar a estudiar historia contemporánea». Hobsbawm también escribió sobre otros muchos temas, incluyendo la memoria en Años interesantes. Una vida en el siglo XX (2003). Poco antes de su muerte, en octubre de 2012, terminó una colección de ensayos sobre cultura, Un tiempo de ruptura (2013), y también dejó instrucciones para la publicación de futuras colecciones: ¡Viva la revolución! (2018), editado por Leslie Bethell donde reúne sus escritos sobre América del Sur y América Latina, y Sobre el nacionalismo (2021) con la edición e introducción de Donald Sassoon.

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Texto de la contraportada

«Este libro analiza 250 años de historia económica y social de Gran Bretaña: el origen de la Revolución Industrial, su papel pionero en la economía mundial, los industriales y los productores de materias primas, las metrópolis y las zonas coloniales o semicoloniales del mundo entero, y su posterior decadencia durante el siglo XX, debida a su temprana eclosión como potencia industrial mundial. Sin embargo, no es posible comprender la historia de Gran Bretaña si no se tiene en cuenta su papel como eje de aquel vasto imperio sobre el que se asentaron sus fortunas durante tanto tiempo, su posterior decadencia ante el empuje de nuevas potencias económicas (Estados Unidos y Japón), o sus actuales relaciones con la UE). Al analizar este complejo entramado de relaciones comerciales y de producción, el profesor Hobsbawm no solo nos ofrece la mejor historia económica y social de Gran Bretaña desde 1750 hasta hoy, sino que nos está explicando toda la historia económica occidental moderna».

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ÍNDICE

Introducción

1. Gran Bretaña en 1750

2. El origen de la Revolución Industrial

3. La revolución industrial, 1780-1840

4. Los resultados humanos de la Revolución Industrial, 1750-1850

5. Agricultura, 1750-1850

6. La segunda fase de la industrialización, 1840-1895

7. Gran Bretaña en la economía mundial

8. Niveles de vida, 1850-1914

9. Los inicios del declive

10. La tierra, 1850-1960

11. Entre las guerras

12. El gobierno y la economía

13. La larga prosperidad

14. La sociedad británica desde 1914

15. La otra Gran Bretaña

16. Un clima económico más riguroso

Conclusión

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RESUMEN

[Nota del lector: a medida que leía la nueva edición del 2023, por los detalles que aún recordaba, me he dado cuenta de que ya había leído el mismo libro hace 20 años o más. Es la prueba de que Hobsbawm escribió un tratado de historia económica que queda grabado en la memoria. La nueva edición incluye un capítulo extra, el 16, sobre la época neoliberal de Thatcher y sus sucesores, pero sin alcanzar ni de lejos el nivel de un auténtico Hobsbawm porque su sustituto relata una sucesión de hechos sin entrar en el análisis profundo que tanto impresiona de Hobsbawm. Algunas de sus ideas resuenan hoy en día en otros libros de economía o del decrecimiento, por ejemplo, los cercamientos, el abaratamiento de productos para mejorar la calidad de vida obrera, etc…]

[nota del lector. la edición del 2023 aún contiene, al menos, media docena de pequeñas erratas en el texto pero podría haber más. Son molestas a la lectura y no se subsanaron]

Industria e Imperio, de Eric Hobsbawm, es un libro mítico que describe la brutalidad con la que arrancó la revolución industrial en Gran Bretaña y narra cómo destruyó al mundo tradicional campesino a partir de 1750 y transformó a los trabajadores rurales en obreros sometidos a un ritmo intensivo de trabajo nunca visto. Hobsbawm aclara que Gran Bretaña ganó mucha ventaja en esa época arcaica de la industrialización respecto a sus grandes rivales que podían hacerle sombra, naciones avanzadas como Francia, Holanda, Bélgica, la Confederación Germánica (liderada por Prusia) o los recién nacidos Estados Unidos. Gran Bretaña era el único país del mundo cuya población ya no era eminentemente agrícola ni este sector el predominante porque Inglaterra, a partir del siglo XVII, tras el declive de España y Portugal, se había convertido en la mayor potencia comercial y naval del mundo, lo que le permitió adueñarse de los mares y forjar un extenso imperio que abarcaba todos los continentes.

 El hecho de ser el primer país que mecanizó el campo, la minería y el textil gracias a las máquinas de vapor y levantó los primeros ferrocarriles convirtió a Gran Bretaña en un caso inédito en la historia mundial y aunque sus rivales quisieron imitarla no fue tan fácil porque sus instituciones de gobierno todavía eran feudales (la Francia revolucionaria de 1789 se convirtió mediante la violencia en un régimen burgués) mientras que Inglaterra ya funcionaba pacíficamente desde la Revolución Gloriosa del siglo XVII como una nación burguesa (lo mismo que sus colonias americanas, luego independizadas en 1776). Básicamente, toda la nación se puso a trabajar de sol a sol seis días a la semana en las industrias. El autor recuerda que muchos países en desarrollo que quisieron industrializarse tuvieron parte del camino recorrido gracias a la evolución progresiva de la industrialización en Gran Bretaña y corrigieron los efectos negativos. El autor añade que la revolución industrial supuso un éxito político para las élites porque no cambió el panorama social (no hubo ninguna revolución como en el Continente en el siglo XIX) y además estas salieron muy enriquecidas. Dice que en 1845, se daba por descartado o conjurado el riesgo de una revolución social en Inglaterra. Todo el mundo en Inglaterra y Escocia estaba muy ocupado en trabajar para no morirse de hambre. Pero ni aún así se evitó la hambruna de la Irlanda rural, que se saldó con un millón de muertes (la séptima parte de la población), y que el autor considera como la mayor catástrofe humanitaria del siglo XIX a nivel mundial. 

La nueva edición en 2023 del libro de Hobsbawm, cuya primera edición data de 1968, cobra interés actual porque muchas narrativas que defienden el decrecionismo culpan a los cerramientos de los montes de bien común en Gran Bretaña que dar el pistoletazo de salida a la expansión sin control del capitalismo tras apropiarse gratis de tierras comunales y poner cercas alrededor para proteger la nueva propiedad privada, arruinando a los campesinos que vivían de esos terrenos y destrozando el medio ambiente. A este respecto, Hobsbawm señala que los cerramientos afectaron sobre todo a tierras de baldío, bosques sin uso y campos infrautilizados para «monetizarlos» [anotación del lector] y los convirtieron en inmensos cultivos superproductivos de cereal y que, al estar concentrados, mejoraron la productividad agrícola. El autor añade que la legalización de esta situación consistió en dar por bueno años después un dominio «de facto» de esas tierras. Otro de sus argumentos es que los cercamientos tuvieron el mismo efecto que si unos terratenientes hubiesen alquilado las tierras para concentrarlas y producir más grano. Añade que los campesinos afectados eran lugareños y asalariados que iban a recoger leña o algunos productos de la tierra gratis para complementar su salario agrícola, que cada vez era más bajo a causa de la mecanización del campo. Recalca que a finales del siglo XVIII, al contrario que el resto de las naciones, los campesinos y el sector agrícola ya no era la principal rama de Gran Bretaña, una nación eminentemente comercial y sus élites, los terratenientes, habían dejado de ser hace tiempo señores feudales para dedicarse al comercio y a las inversiones.

El libro tiene un segundo interés actual que sobrecoge. Hobsbawm narra cómo los pequeños artesanos y jornaleros temporeros, que llevaban una vida relativamente tranquila, tuvieron que competir con las máquinas de hilar o las sembradoras bajando sus salarios, lo que primero les empobreció y luego ampliando su jornada de sol a sol, lo que hizo su vida muy miserable, pues el sustento solo les daba para sobrevivir. Finalmente, perdieron su especialidad y se convirtieron en unos asalariados más en las fábricas en unas condiciones penosas hasta 1845, en las que incluso corrían el riesgo de ser despedidos para ser reemplazados por mujeres y niños, más baratos.

Una de las conclusiones más espectaculares del libro es cómo Gran Bretaña perdió su ventaja de partida al ser pionera en la Revolución Industrial en 1750. Siglo y medio después, el país seguía manteniendo una economía basada en el carbón mientras que sus rivales, Estados Unidos y Alemania, apostaron  a finales del siglo XIX por la electrificación de su industria de forma masiva y adelantaron a Gran Bretaña a principios del siglo XX, que entró en un lento declive hasta 1980.

Los orígenes de la revolución industrial se remontan a 1750 y supuso un «shock» para los agricultores. Desplazados de sus tierras se hacinaron en las ciudades y, por salarios de hambre, trabajaron de sol a sol. Hasta 1840, las condiciones fueron muy malas y la ley del vagabundeo y la ley de pobres obligaron a los jornaleros a trabajar por un plato de comida. El autor dice que los campesinos eran felices con su suerte porque el campo les daba para vivir sin mayor ambición y los propios terratenientes veían justo que el hombre nacido en la tierra de sus padres se ganase dignamente la vida en el campo. Todo esto cambió con la obligación de trabajar y el único lugar que ofrecía trabajo era la industria. Al inicio, los artesanos (textil, herrería…) intentaron competir con las máquinas pero acabaron reducidos a la miseria y engrosaron las filas anónimas del proletariado. 

Otro cambio social que resalta Hobsbawm de la revolución industrial, de ideología burguesa, fue la imposición de horarios en el siglo XVIII y XIX a unos campesinos habituados a trabajar por estaciones, o por la salida y puesta del sol, y que de repente se veían sometidos a los intensos ritmos de la fábrica durante 9 o 10 horas al día seis días a la semana, con horarios ampliados gracias al uso de las lámparas de gas.

La segunda revolución industrial comenzó en 1840 y se extendió a 1890. Su economía se basó en el carbón, acero y el ferrocarril, y los inversores de Gran Bretaña vivieron su edad dorada al ganar más del 7,8 % en sus inversiones en todo el mundo, pues los países que querían instalar una red ferroviaria recurrían a compañías y técnicos británicos. Muchos de esos beneficios (600 millones de libras anuales) se desperdiciaron en construir grandes edificios públicos en pueblos pequeños como Bradford y sus vecinos, copiarles, o en tender nuevas vías ferroviarias que eran inviables o poco rentables. Mientras que conectar Liverpool con Londres o el interior con los puertos era rentable porque permitían llevar mercancías, las demás llevaron a la quiebra a muchas compañías pero, como resalta Hobsbawm, los accionistas ya no perdían todos sus bienes porque se promulgó la ley de las sociedades anónimas.

Hobsbawm resalta que Gran Bretaña vivió de las rentas de su primera revolución industrial, en la que un inventor que jamás hubiese leído a Newton era capaz de inventar una máquina hiladora. Pero ya a partir de 1870, era imposible sumarse a otras tecnologías como el caucho o el petróleo sin tener conocimientos o estudios de ciencias como la química o el electromagnetismo y, en eso, Estados Unidos y Alemania empezaron a ganar ventaja y relegaron a Gran Bretaña a ser una más en la producción de acero, y perder su liderazgo. 

A nivel social, los verdaderos sindicatos, como el cartismo, quedaron aparcados y, según el autor, los obreros se acomodaron y perdieron interés por la política. Y los obreros más pobres estaban desorganizados para resultar peligrosos para la élite, que dio por descartada la revolución social. A ello se suma que los antiguos patrones, que exigían trabajar lo máximo para pagar el salario mínimo, se sintieron más seguros con su torrente de beneficios y una industria ya consolidada. Hubo concesiones y mejores salarios y los obreros mejoraron su condición de vida. Los años 40, 50 y 60 fueron años dorados para Gran Bretaña pero tras la Gran Depresión de 1873 salieron debilitados. Muchas naciones avanzadas optaron por ampliar mercados a través del imperialismo y Gran Bretaña, que ya tenía su propio imperio, lo que hizo fue remarcar sus fronteras frente a otros rivales.

El declive de Gran Bretaña empezó en 1890 porque, según el autor, no quiso seguir el ritmo de innovaciones que hacían a Estados Unidos y a Alemania países superavanzados para la época. El Reino Unido cayó en una autocomplacencia al saberse en la cima mientras que sus rivales soñaban con alcanzar su posición, lo que les estimulaba a innovar más. Según Hobsbawm, Gran Bretaña cometió, al menos, cuatro errores en la segunda fase de la industrialización (a partir de 1870) y se quedó rezagada en la producción de acero. 

En primer lugar, uno de sus errores fue que Gran Bretaña permitió que su población educada en ingeniería fuese ridículamente pequeña (menos de 400 ingenieros nuevos al año) frente a los miles de graduados que salían de las aulas alemanas o americanas (hablamos de 6.000 a 30.000) [nota del lector: fue lo mismo que hizo Corea, aumentar su número de ingenieros]. Gran Bretaña no se tomó en serio la educación técnica de sus élites ni las clases medias y carecía de mandos para aplicar y sacarle provecho a las innovaciones que este mismo país inventaba, como el convertidor Besser de acero. Solo siguió liderando en la industria naval y el armamento. Pero había otras industrias, como el automóvil, que se les estaban escapando.

A ello se suma otro error que fue no ahondar en la dirección empresarial y directiva, en no profesionalizar los cuadros de mando y organización de las empresas para sacarle mayor rendimiento a sus estrategias y producción. Se trataba, en muchos casos, de rentistas de tercera generación que habían heredado las empresas de los pioneros de la era arcaica de la industrialización y estaban satisfechos de cómo funcionaban las cosas y de sus beneficios. Un ejemplo es Engels, el patrocinador de Karl Marx, heredero de una empresa textil inglesa que no solía ir mucho por la fábrica y que se retiró de trabajar a los 49 años con una suculenta renta. Esta clase rentista no tenía el estrés de innovar y, de hecho, en la industria textil hubo pocas innovaciones más. [nota del lector: la decadencia de Gran Bretaña recuerda al ocaso del Imperio Español en el siglo XVII, cuando se quedó atrasado respecto a naciones más dinámicas y competitivas].

 El resultado de apostar por una dirección profesional y de organización de los procesos fraguó en Estados Unidos, donde en 1900, el empresario Ford creó industrias del automóvil que funcionaban a base de ritmos marcados y con una cadena de montaje, lo que dio lugar al fordismo y también al taylorismo (métodos científicos de trabajo ideados por Taylor para elevar la productividad). Esta es la imagen de la fábrica actual y que surgió en Estados Unidos, no en Gran Bretaña.

Otro error fue la dimensión de las empresas británicas, demasiado pequeñas frente a los conglomerados y clusters que estaban surgiendo en Alemania y Estados Unidos. Se trataba de auténticas corporaciones gigantes que fabricaban en masa para vender su producción a la clase obrera y la clase media. Esta producción masiva era inimaginable en Gran Bretaña porque solo fabricaban en serie alimentos, vestido y complementos del hogar para las clases más pobres pero nunca se les habría pasado por la cabeza vender en masa automóviles porque daban por supuesto que solo estaban al alcance de la clase alta y clase media adinerada. Todo lo contrario de la estrategia de Ford, que fue vender coches a sus propios obreros, a los que subió el salario para que tuviesen más poder de compra. Gran Bretaña quedó al margen de esta industria masiva. También dificultó el aumento de la productividad y la eliminación de ineficiencias de la producción el hecho de que fracasasen los acuerdos, por ejemplo, entre carboneras y compañías de ferrocarriles para doblar el tamaño de las vagonetas de mercancías del tren y rebajar los costes. También era difícil montar un cártel de la minería porque había miles de pequeñas empresas que no querían unirse entre sí, lo que sí era más viable en Alemania.  Es en Estados Unidos donde surgen inventos de fabricación masiva y en serie como el revolver Colt o la máquina de coser Singer.

Llegado el año 1900, Gran Bretaña seguía teniendo una formidable flota naval pero se había quedado rezagada en producción de acero y lo más preocupante es que sus empresas no se habían adaptado a las exigencias de una nueva economía basada en la electricidad y el petróleo, como sustitutos del carbón, ni su organización empresarial era eficiente (sus empresas se quedaron obsoletas frente al fordismo) y su población tampoco tenía el nivel educativo lo bastante elevado (ingenieros, químicos) para adaptar sus industrias a los inventos de la industria de masas. En definitiva, la clase obrera mejoró su poder adquisitivo y nivel de vida, nada que ver con la época arcaica, pero el país se convirtió en una nación acomodada de pymes y rentistas, que recogían los frutos de la prosperidad del siglo XIX y las élites no lograron ponerse a la altura del reto que suponía implementar una nueva economía basada en la electricidad, los productos sintéticos y el petróleo, lo que les desbancaría del liderato en el siglo XX, a parte de que no podían competir en población con mercados internos como el de EE.UU.

El libro también recoge otro de los temas que los ensayistas posteriores han analizado: el librecambio solo llegó una vez que los productores internos estuvieron protegidos y tenían su industria consolidada. Hobsbawm cree que cuando Gran Bretaña apostó por el librecambio del comercio internacional (a mediados del siglo XIX) se quedó desprotegida frente a competidores más agresivos como Estados Unidos o Alemania, que sí protegían los mercados de sus industrias clave para ayudarles a crecer.

[nota del lector: en mi opinión, el capítulo más impresionante es el del declive; 20 años después de leer el libro aún me acordaba perfectamente de la clave que dio Hobsbawm para explicar por qué Gran Bretaña perdió el tren de la industrialización al no electrificar sus fábricas]

En la parte final del libro se aborda cómo los países avanzados iniciaron una carrera por tomar materias primas y mercados en el mundo en desarrollo en el siglo XIX, pero los costes de mantener esos imperios eran excesivos, tanto en infraestructuras de explotación como en mantener el orden, a lo que se sumó que dichos países controlados ganaron numerosa población a partir del siglo XX y se volvieron inmanejables. En el caso de Inglaterra, ya había acumulado una colección de «protectorados» (como Egipto) o naciones intervenidas (como Turquía) por el impago de deudas. 

En la parte final, la de enteguerras, Gran Bretaña va perdiendo potencial frente a colosos como Estados Unidos. La población mejora su calidad de vida en los años 50 a 70 pero el estado de bienestar entra en declive en los años 80. Coincide con el ingreso masivo de la mujer en el trabajo.

El capítulo 16, escrito por un colaborador de Hobsbawm, concluye que la promesa de Thatcher y los neoliberales de relanzar la economía y la productividad con sus recetas resulta ser un fiasco y, tras una cadena de privatizaciones, a mediados de los 90 los electores les dan la espalda y retornan los laboristas al gobierno. Pero Gran Bretaña nunca pudo recuperar sus años de gloria porque esa etapa ya había pasado en un mundo dominado por gigantes de la economía como EE.UU. o, ahora, China.

Written by evpita

noviembre 25, 2023 at 7:32 pm

Resumen del libro «Mito y medición», de Alan Krueger y David Card (1995) 

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Resumen del libro «Mito y medición», de Alan Krueger y David Card (1995) 

Resumen original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/04/mito-y-medicion-de-alan-krueger-y-david.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, economía, empleo, salario mínimo

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Ficha técnica

Título: «Mito y medición»

Subtítulo: Un análisis de los efectos del salario mínimo

Título en inglés: Myth and Measurement: The New Economics of the Minimun Wage

Autores: Alan Krueger y David Card

Fecha de publicación en inglés: 1995

Editorial en español: Centro de Libros PAFF, Barcelona, 2022

Número de páginas: 605

Galardones: Premio Nobel 2021 para David Card

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Biografía de Alan Krueger y David Card (hasta 2022)

Alan Krueger (Estados Unidos 1960-2019) fue un economista laboral que, junto a David Card, revolucionó en los años 90, con sus nuevos métodos experimentales, el consenso científico asentado sobre los efectos negativos de las subidas en el salario mínimo.

Fue profesor de la Cátedra James Madison de Economía Política y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton. Formó parte del gabinete económico de Bill Clinton y fue nombrado presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca por Barak Obama, cargo que ocupó entre 2011 y 2013.

Ejerció también como subsecretario del Tesoro de Estados Unidos entre 2009 y 2010. En su día fue considerado uno de los cincuenta economistas más prestigiosos del mundo.

David Card (Guelph, Canadá, 1956) es un profesor de Economía de la Universidad de Berkeley, en California, y está especializado en economía laboral. 

En 1994, con su compañero Alan Krueger, dio un vuelco a algunos de los dogmas de la ciencia económica, demostrando con métodos experimentales que los incrementos de salario mínimo no tienen un impacto negativo en  el empleo. La vigencia de sus investigaciones quedó acreditada cuando le fue concedida en 2021 el Premio Nobel  de Economía, junto con Joshua Angrist y Guida Imbens, por sus contribuciones empíricas a la Economía del Trabajo».

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Texto de la contraportada

«La provocadora y rigurosa investigación que rompe mitos sobre los efectos del salario mínimo en el empleo.

Una de las cuestiones de política económica más debatidas en los últimos tiempos ha sido la de la fijación y el aumento del salario mínimo. Alan Krueger y David Card, dos de los economistas más reconocidos de las últimas décadas, adquirieron una gran notoriedad precisamente por desmontar los mitos que la ciencia económica mantenía acerca de esta cuestión.

Con sus rompedores investigaciones en el campo de la economía laboral, Krueger y Card desafiaron la creencia general de un salario mínimo más alto implica reducir las oportunidades laborales para los trabajadores de bajos ingresos. Tal cuestionamiento de la teoría económica establecida es el que se recoge por primera vez en español en Mito y medición.

El estudio, que tiene importantes implicaciones para las políticas públicas y para la orientación de la investigación económica, se sirve de la abundante evidencia empírica y se nutre de las experiencias recientes en Estados Unidos. Para cada uno de los casos, los economistas presentan una colección de datos que demuestran que los incrementos en el salario mínimo produjeron aumentos en los ingresos, pero no implicaron pérdidas de puestos de trabajo.

Krueger y Card, mediante métodos empíricos importados de las ciencias naturales, revisan críticamente toda la literatura existente sobre el salario mínimo y nos brindan una nueva batería de argumentos para defender la pertinencia de esta política».

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ÍNDICE

Prólogo de Juan Torres López

1. Introducción y planteamiento general

2. Las respuestas de los empleadores al salario mínimo: pruebas del sector de la comida rápida.

3. Pruebas estatales de los efectos del salario mínimo de California de 1988

4. Efecto del salario mínimo federal en los trabajadores con salarios bajos: pruebas procedentes de comparaciones interestatales

5. Efectos adicionales en el empleo

6. Evaluación de pruebas basadas en series temporales

7. Evaluación de pruebas basadas en datos transversales y de panel

8. Una perspectiva internacional

9. Efectos del salario mínimo en la distribución salarial, la distribución de los ingresos familiares y la pobreza

10. ¿Cuánto pierden los empresarios y los accionistas?

11. ¿Existe alguna explicación? Modelos alternativos del mercado laboral y el salario mínimo

12. Conclusiones e implicaciones

Bibliografía

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RESUMEN

Los autores Alan Krueger y David Card usaron métodos experimentales para probar que era incorrecta la tesis de que subir el salario mínimo generaba desempleo. En realidad, los Estados de EE.UU.  ya lo estaban haciendo cuando lo necesitaban sus votantes sin prestar atención a las directrices del Gobierno Federal de turno de mantener estable el salario o subirlo muy poco. A medida que pasaban de 1 a 9 años sin que el Gobierno Federal aumentase el salario, lo hicieron entre 5 y 16 Estados.

En una gráfica muestran que en 1965 el salario mínimo había llegado a 11 dólares la hora y que en enero de 2010 solo pagaban 5 dólares la hora. En el 2014 había subido a 6 o 7 dólares. Otras gráficas presentadas por los autores muestran una tendencia similar usando el IPC como deflactor de precios: en 1950 eran 4,5 dólares la hora, en 1958 era 5,5, en 1970, eran 6,5 dólares, en 1982, eran 6 dólares, pero en 1990 se hundió a algo más de 3.5 dólares y en 1994 estaba en 4 dólares.

Los autores señalan que el modelo estándar del salario mínimo hace caso omiso a una serie de comportamientos que podrían ser importantes para comprender el funcionamiento del mercado laboral y el efecto del salario mínimo. Por ejemplo, el aumento de los salarios no tiene ningún efecto sobre la productividad de los trabajadores ni sobre la probabilidad de que eludan sus responsabilidades laborales; la productividad y la rotación de personal no se ven afectadas por las comparaciones salariales entre empleados. No hacen falta que los empresarios se preocupen de que la estructura salarial sea percibida como justa; los empresarios operan con la máxima eficiencia y explotan todas las oportunidades de lucro. Por ejemplo, si los beneficios merman por el aumento de los salarios, no pueden negociar precios más bajos con los proveedores: las empresas muy rentables no comparten una parte de los beneficios con los trabajadores a través de incrementos salariales o gratificaciones.

Dicen que el modelo neoclásico estándar es fácil ponerlo a prueba porque hace predicciones claras e inequívocas sobre su impacto en el empleo, los salarios, los beneficios y los precios. Las empresas actuarían con un poder de monopsonio (comprador único). 

En los capítulos 2, 3 y 4 los autores resumen su investigación sobre los efectos en el empleo de los recientes aumentos del salario mínimo practicados en EE.UU. La investigación se basa en comparaciones entre empresas o entre regiones del país que se vieron afectadas en distinto grado por los aumentos del salario mínimo. Algunos estudios basados en el empleo en restaurantes de comida rápida afectados por el aumento del salario mínimo y en comparaciones de las tendencias de empleo en los establecimientos de restauración de diferentes estados, apuntan a que, en realidad, el incremento del salario mínimo puede aumentar el empleo.

Aclaran que en un año dado, algunas empresas crecen y otras pierden fuelle, algunas nacen y otras mueren. Siempre habrá ejemplos de empresarios que afirmen que el aumento del salario perjudicó a su empresa. Pero ellos aseguran que sus descubrimientos demuestran que el aumento del salario mínimo  no varía el empleo e incluso lo sube de forma leve. Esta conclusión es un serio desafío al modelo convencional.

En el capítulo 5 analizan  otros resultados del empleo que se ven afectados por el salario mínimo, porque tiene un efecto dominó que genera aumentos de retribución en trabajadores con salarios ligeramente superiores al mínimo. También «arrastra» a aquellas retribuciones que son ligeramente inferiores al salario mínimo y todos cobran lo mismo, y no en función de su productividad real. Y algunas empresas que no están obligadas a pagarlo lo hacen de todos modos. Aseguran que existen muchas pruebas que apuntan a que el salario mínimo no tiene en el mercado laboral el efecto que puede predecirse a partir del modelo competitivo neoclásico.

En los capítulos 6 y 7 vuelven a analizar las investigaciones empíricas anteriores sobre salario mínimo y llegan a dos conclusiones «sorprendentes»: 1) La relación histórica de series temporales entre salario mínimo y empleo juvenil se ha debilitado bastante. Actualmente, ya no se encuentran pruebas fiables de que el suelo salarial reduzca el empleo. 2) Algunos de los estudios transversales y de panel anteriores se basaban en supuestos y métodos de investigación cuestionables. 

En el capítulo 8 analizan pruebas recientes del impacto del salario mínimo en otros países, como Puerto Rico (estado asociado a EE.UU) porque el salario mínimo legal (sujeto a las leyes de USA) es más alto que el salario medio. También estudian a Canadá (similar a USA) y Reino Unido.

Los autores dicen que aunque los aumentos de salario mínimo hagan un efecto leve en la subida de empleo no tienen por qué aplicarse.

En el capítulo 9, se centran en los efectos del salario mínimo en la distribución salarial, las rentas de trabajo y los ingresos. Descubren que los trabajadores afectados por los últimos de subida del salario mínimo se concentran en familias más desfavorecidas y los situados en el 10 % con salarios más bajos. Por ello, concluyen que estos aumentos de los años 90 contribuyeron a revertir la desigualdad salarial surgida durante la década de 1980. Prueban que el salario mínimo reduce la tasa de pobreza de las familias compuestas como mínimo por un asalariado.

En el capítulo 10 evalúan el impacto de varias noticias sobre la ley del salario mínimo en el valor bursátil de una muestra de empresas pertenecientes a empresas con salarios bajos. Interpretan que el modelo estándar sobrevalora los efectos del aumento de salario mínimo en la rentabilidad. Y que las noticias se difunden de forma tan lenta que no ven cambios de los inversores ante la posibilidad de que se modifique la ley.

Concluyen que el modelo estándar está incompleto. 

En el capítulo 11, muestran un análisis de los modelos teóricos alternativos del mercado laboral y las implicaciones de los resultados empíricos. Describen nuevos escenarios del modelo estándar y en monopsonio. Los modelos alternativos predicen una leve subida del empleo y ayudan a interpretar la dispersión salarial de empleados parecidos, la existencia de vacantes y otros factores.

En el capítulo 12, reflexionan sobre los debates políticos sobre el salario mínimo.

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
«DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)»por E.V.Pita (2023)
Link al compendio de resúmenes:

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noviembre 25, 2023 at 7:20 pm

Resumen del libro «Economía comestible», de Ha-Joon Chang (2022)

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 Resumen del libro «Economía comestible», de Ha-Joon Chang (2022)

Resumen original y actualizado del libro en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/06/economia-comestible-de-ha-joon-chang.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, economía política, neoliberalismo, economía internacional, Corea, cocina internacional

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Ficha técnica

Título: «Economía comestible»

Subtítulo: Un economista hambriento explica el mundo

Título en inglés: «Edible Economics. A Hungry Economist Explains the World»

Autor: Ha-Joon Chang

Fecha de publicación en inglés: 2022

Editorial en español: Debate (PRHGE), Barcelona, 2023

Número de páginas: 258

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Biografía del autor Ha-Joon Chang (hasta 2023)

Ha-Joon Chang nació en Corea del Sur. Es especialista en economía del desarrollo y profesor en la Universidad de Cambridge. En 2005, Chang obtuvo el Premio Wassily Leontief. Es autor, entre otros libros, de Retirar la escalera. La estrategia del desarrollo en perpéctiva histórica (2002), que ganó el premio Gunnar Myrdal en 2003. Otros libros son 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo (Debate, 2011), Economía para el 99 % de la población (Debate, 2015) y Una breve historia del capitalismo (Flash, 2017).

Resumen relacionado:

 “Economía para el 99 % de la población”, de Ha-Joon Chang (2014)

http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/11/resumen-de-economia-para-el-99-dela.html

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Texto de la contraportada

«Cuando, en los años ochenta, el economista surcoreano Ha-Joon Chang aterrizó por primera vez en el Reino Unido, se encontró con un país que comenzaba a alejarse de la insípida dieta inglesa y a experimentar con los sabores del resto del mundo. Era un trayecto inverso al que estaba recorriendo la economía, cada vez más acomodada en una única escuela de pensamiento. Su nuevo y esperado libro, Economía comestible, demuestra con ejemplos claros y sabrosos que, del mismo modo que es esencial abrirse a las diversas tradiciones culinarias, también lo es disponer de una amplia variedad de perspectivas económicas.

En este fascinante y delicioso volumen, Chang convierte en apetecibles todo tipo de ideas de economía, explicándolas a través de ingredientes y recetas de diferentes lugares del planeta. Así el chocolate puede ser una dulce adicción, pero aporta emocionantes ideas sobre las economías postindustriales y del conocimiento mientras que la «okra» hace que el «gumbo» del sur de Estados Unidos tenga una suavidad que derrite el corazón, también remite a la enmarañada relación entre el capitalismo y la libertad. Desde el coste oculto del trabajo del hogar hasta el lenguaje engañoso del libre mercado, y mientras cocina platos de todo el mundo, como el «sandwich» favorito de Elvis, las gambas al ajillo españolas y el «dotorimuk» coreano, este irresistible divulgador sirve un festín de ideas audaces fácil de digerir y con el que cambiar el mundo».

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ÍNDICE

Introducción. Ajo

Primera parte. Sobreponerse a los prejuicios

1. Bellota

2. Okra

3. Coco

Segunda parte. Cómo ser más productivos

4. Anchoa

5. Langostino – ¿o gamba?

6. Fideos

7. Zanahoria

Tercera parte. Mejor globlamente

8. Ternera

9. Plátano

10. Coca-Cola

Cuarta parte. Convivir

11. Centeno

12. Pollo

13. Chile

Quinta parte. Pensar el futuro

14. Lima

15. Especias

16. Fresa

17. Chocolate

Conclusión. Cómo comer mejor (la economía)

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RESUMEN

El libro habla de platos y bebidas típicas de la comida internacional y luego relaciona una comida con un país y un asunto de economía política como el neoliberalismo (que ha dominado el discurso económico hasta el 2020), el desarrollo de los países menos avanzados (que se apoyaron en el proteccionismo de su industria hasta poder competir en un mercado abierto), la sociedad postindustrial (que no es que no haya trabajadores sino que automatización los ha hecho mucho más productivos), el consenso de Washington que ha sido poco efectivo para desarrollar el sur, y otras historias. 

También habla de la forma en que concebimos el espíritu empresarial y el éxito de las empresas, por qué tenemos que modificar el sistema de patentes, explica por qué el libre comercio no implica libertad para todos, da pistas de cómo las corporaciones globales pueden convertirse en fuerzas positivas para los países en vías de desarrollo, pero solo si se utilizan de la manera correcta, por qué algunos países en desarrollo están insatisfechos con la ideología económica imperante, habla de los malentendidos del Estado de bienestar (se pagan con los impuestos indirectos, que gravan a todos por igual).

En otros capítulos, muestra el verdadero significado de la igualdad económica y la equidad, o por qué los trabajos relacionados con los cuidados están desatendidos e infravalorados a pesar de constituir la base de nuestra economía y sociedad.

No olvida hablar de los retos del cambio climático, de cómo la corporación moderna convirtió al capitalismo en un gran éxito y ahora lo asfixia lentamente o sobre el auge de los robots y el futuro del trabajo.

Como curiosidad, dice que el jamón ibérico de bellota de España es el mejor del mundo y pide disculpa a los italianos si se sienten dolidos.

El autor arranca el libro sobre su viaje desde Corea del Sur para estudiar en Londres. Allí se dio cuenta de que la comida británica era muy mala, salvo las fish & chips, y que además odiaban el ajo, que consideraban cosa de franceses y anglificaban la pizza hasta hacer pizza de patata asada. En Corea, el ajo adereza muchos platos como el manul-chang-achi o como adobo del bulgogi o el pollo frito coreano. Dice el autor que esa comida británica tan pobre era equivalente a su teoría económica neoliberal o neoclásica, pues los manuales de Economía solo defendían un único punto de vista, como un menú de único plato, y no barajaban otras posibilidades teóricas (solo aceptaron la innovación de la escuela schumpeteriana o la racionalidad humana limitada de los conductistas, que ya están incorporadas a la corriente principal neoclásica). Lo malo es que esta teoría única o «monocultivo intelectual» se basaba en que la naturaleza humana es egoísta y eso ha normalizado un tipo de comportamiento egoísta. Chang nos avisa de que el modelo económico nos afecta en nuestras vidas porque influye en si una sociedad se industrializa en mayor grado, lo que puede a su vez puede generar sindicalismo y políticas progresistas, o fomenta la desigualdad o la privatización («un dólar, un voto»). La situación en Gran Bretaña ha cambiado al internacionalizarse su gastronomía y abrirse Londres a todo tipo de restaurantes de comida exótica, y lo mismo ha pasado con la economía, donde ahora se estudian varias alternativas al neoliberalismo.

En el caso de la ternera, el autor recuerda que Uruguay en el siglo XIX tenía abundante ganado vacuno para la industria del cuero y que la carne era barata, por lo que suponía un aliciente para exportarla a Inglaterra, que tenía que alimentar a una creciente mano de obra fabril. Una empresa inglesa montó un laboratorio en Uruguay para licuar carne porque esta se conservaba mejor que la salazón y este caldo se suponía que conservaba los nutrientes, y exportó estos caldos a todo el mundo, aunque luego se evidenció que perdía muchos nutrientes durante la cocción. Más adelante, se desarrollaron los cubitos de carne en polvo, que se conservaban mucho más tiempo y eran fáciles de transportar.

Respecto a la zanahoria, esta es de color naranja porque en el siglo XVII los holandeses la seleccionaron de ese color, se dice que en honor a la dinastía Orange. La zanahoria le sirve como gancho para hablar de la innovación y las patentes porque pequeños inventos que supondrían un avance para la Humanidad o para países pobres están lastrados por 30 o 40 patentes. Los científicos las venden porque les es imposible desarrollar comercialmente sus productos por muy bien intencionados que sean (porque el desarrollo requeriría comprar otras patentes cruzadas) y algunas multinacionales las compran y luego las meten en un cajón. La solución que propone el autor es conceder premios en metálico a los inventores (como al inventor del cronómetro marino en el siglo XVIII o el de las latas de conserva) para que tengan un incentivo en vez de otorgarles una patente de 20 años que entorpece el avance tecnológico.

En cuanto a los plátanos, estos se convirtieron en alimento barato y muy nutritivo para los esclavos de América, tan fácil de cultivar que los amos los plantaban en sus parcelas de cultivo porque los árboles crecían solos y era alimento gratis. El autor menciona cómo las multinacionales del plátano llegaron a controlar países enteros en Centroamérica (las repúblicas bananeras) y ponían y quitaban gobiernos si estos iban contra sus intereses. Los motines de obreros fueron sofocados. El autor recuerda que la instalación de una multinacional en suelo extranjero no supone una mejora de ese país si los trabajadores se limitan a hacer tareas de «atornillado» (como en Filipinas), por lo que no aprenden nada sobre tecnologías muy complejas. Todo lo contrario ocurrió en Singapur y Taiwán porque solo admitieron multinacionales de sectores estratégicos y muy avanzadas como la microelectrónica, la automoción o la farmacéutica, a los que le brindaron todo tipo de facilidades y se les hicieron ofertas a la carta. El resto de las multinacionales de sectores sin interés o poco punteros no fueron admitidas o se le exigieron fuertes condiciones. Eso demuestra que las multinacionales no tienen siempre la sartén por el mango en los países pobres, ya que estos pueden diseñar políticas atractivas de inversión.

El autor también menciona el milagro de la industria de Corea del Sur a partir de 1975. El gobierno decretó un proteccionismo que impedía importar coches y estableció una industria propia del automóvil para fabricar el Pony. 50 años después, son un coloso de la industria de la automoción. Con ello, el autor avisa de que muchos países pobres, como Latinoamérica, han sido los primeros en instaurar el libre comercio en 1820 o 1840 (antes de la Ley del Grano de Inglaterra) pero no porque ellos lo deseasen sino porque fue una imposición de «acuerdos injustos» por parte de países más grandes como Estados Unidos o el imperio Británico, que a su vez ellos eran proteccionistas para facilitar el crecimiento de su propia industria. Cuando los «acuerdos desiguales», que también tuvieron que firmar China o Japón, caducaron se instauraron un tipo de comercio colonial, en la que las grandes potencias presionaban entre bambalinas a los gobiernos para que no subiesen los aranceles. Lo mismo pasó con el FMI o el Banco Mundial, donde los países ricos tenían un poder de voto desproporcionado (en función del capital aportado) y exigían a los países pobres cumplir políticas de mercado abierto que les perjudicaba o les colocaba en desventaja. Esta asimetría entre países ricos y pobres perduró con otra fórmula a finales del siglo XX con la organización mundial del comercio (OMC), ya que quienes redactaron las normas eran países ricos que dictaron disposiciones que les favorecían como, por ejemplo, admitir la subvención a la agricultura (porque les favorecía) y proscribir la prohibición a las importaciones (porque esa prohibición les perjudicaba). Aunque en la OMC, cada país tiene un voto, votan normas que están sesgadas a favor de los países ricos, dice el autor. 

Respecto a las especias, el autor recuerda que fue una compañía holandesa de las Indias la primera en funcionar como una sociedad anónima en el siglo XVII, porque sus accionistas solo tenían responsabilidad limitada (si la empresa quebraba, solo perdían sus acciones y no todos sus bienes). Eso animó a captar capital y sufragar grandes empresas. Sin embargo, dice el autor, ahora las empresas se han volcado en los accionistas, los cuales no son fieles a largo plazo o se dedican a especular. Para retenerlos, habría que dar el voto a accionistas con permanencia en la empresa. También propone que se conceda a las «otras partes» (trabajadores, dirección) parte del control para que los accionistas no tengan todo el poder. 

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Resumen relacionado:

 “Economía para el 99 % de la población”, de Ha-Joon Chang (2014)

http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/11/resumen-de-economia-para-el-99-dela.html

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500 RESÚMENES DE LIBROS  DE ECONOMÍA Y SOCIOLOGÍA
«DE ADAM SMITH A LA INFLACIÓN EN POSTPANDEMIA (1776-2023)»
por E.V.Pita (2023)

Link al compendio de resúmenes:
https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/500-resumenes-de-libro originals-de-economia-y.html
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https://librosdeeconomiaehistoria.files.wordpress.com/2023/01/500resumenesreducida.pdf…………………………………………………………………………………………………

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noviembre 25, 2023 at 7:17 pm

Resumen del libro «Poder y progreso», de Daron Acemoglu y Simon Johnson (2023)

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Resumen del libro «Poder y progreso», de Daron Acemoglu y Simon Johnson (2023)

Resumen original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/10/poder-y-progreso-de-daron-acemoglu-y.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, economía, progreso, tecnología

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Ficha técnica:

Título: «Poder y progreso»

Subtítulo: Nuestra lucha milenaria por la tecnología y la prosperidad

Título original: «Power and Progress»

Autores: Daron Acemoglu y Simon Johnson

Publicación en español: Deusto (Planeta), Barcelona, 2023.

Número de páginas: 550

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Biografía de los autores Daron Acemoglu y Simon Johnson (hasta 2024)

Daron Acemoglu es catedrático de Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Ha publicado artículos en revistas de prestigio internacional y es uno de los diez economistas más citados en el mundo según Ideas/RePEc. Es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, de la Asocación Económica Europea y de la Econometric Society. Fue galardonado en 2016 con el Premio Fronteras del Conocimiento BBVA de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas por sus aportaciones fundamentales a la economía del crecimiento y el desarrollo. En 2012, publicó el bestseller Por qué fracasan los países (Deusto), junto con James A. Robinson.

Simon Johnson es un prestigioso economista angloestadounidense. Licenciado por la Universidad de Oxford, es profesor de la cátedra Ronald A. Kurtz de Capacidad Empresarial en la Escuela de Administración Sloan del MIT. Fue economista jefe del FMI y ha desarrollado diferentes labores relacionadas con la política y la docencia. Es coautor, junto con James Kwak, del libro 13 Bankers (Vintage, 2011). En noviembre de 2020 fue nombrado miembro voluntario del equipo de supervisión de la agencia para la transición presidencial de Joe Biden.

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Texto de la contraportada

«Una historia de la innovación que nos revela por qué debemos democratizar el desarrollo tecnológico»

«El progreso no es un destino predeterminado, sino que depende de nuestras elecciones. Esta reflexión resulta muy pertinente en un mundo donde los avances digitales y la robótica amenaza nuestros empleos y nuestras democracias a través de la automatización excesiva, la recopilación masiva de datos y la vigilancia intrusiva.

Los prestigiosos economistas Daron Acemoglu y Simon Johnson emprenden un impresionante recorrido por la historia y el futuro de la tecnología, desde la revolución agrícola del Neolítico hasta el ascenso de la inteligencia artificial. Concluyen que el ser humano siempre puede estar al mando del desarrollo tecnológico y decidir si sirve a los intereses de una élite o al bien común.

Poder y progreso ofrece una nueva interpretación de la economía política de la innovación y desafía el derrotismo de quienes asumen que el desarrollo técnico trae inevitablemente una concentración del poder y la riqueza. Acemoglu y Johnson demuestran que estos avances pueden convertirse en una herramienta de empoderamiento y democratización.

Este libro es un recordatorio esencial de que podemos y debemos recuperar el control de la tecnología y redirigir la innovación para que vuelva a beneficiar a la mayoría».

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ÍNDICE

Prólogo. ¿Qué es el progreso?

1. El control de la tecnología

2. Visión en canal

3. Poder de persuasión

4. El cultivo de la miseria

5. Una revolución de la gente común

6. Las víctimas del progreso

7. Un camino disputado

8. Víctimas digitales

9. Una lucha artificial

10. La democracia se rompe

11. La redirección de la ideología

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RESUMEN

Daron Acemoglu, en su libro «¿Por qué fracasan los países?», culpó a las élites que montar economías extractivas para quedarse el excedente y, con su inmovilismo, no permitir que el país despegue, frente al éxito de las naciones democráticas (más redistributivas). En este libro, el coautor vuelve a centrarse en el papel de las élites, en concreto la oligarquía tecnológica que están implantando su visión del mundo que se basa en una «lectura muy particular y completamente errónea» del mundo y que no se basa precisamente en la abundancia para todo el mundo sino que se centra en la automatización, la vigilancia y la recopilación de datos a escala masiva, lo que socava la prosperidad común y debilita las democracias, según los autores. Considera que los líderes tecnológicos están implantando una tecnología basada en la IA para automatizar el trabajo y reducir costes laborales, sin mejorar mucho los resultados, cuando había otras vías de redireccionar la tecnología que podrían empoderar al trabajador y no hundirlo.

 La narrativa de estos líderes tecnológicos se basa en que el tren de la productividad nos va a beneficiar a todos, que las nuevas tecnologías van a llevarnos a la abundancia y al control de la naturaleza y a una inteligencia artificial cuyas capacidades evolucionan a un ritmo exponencial. Estos invitados a la fiesta siempre tienen un micrófono cerca cuando plantean debates. 

En su libro hacen un repaso a episodios ocurridos desde hace mil años y en los que los cambios tecnológicos han beneficiado a unos pocos. Ponen como ejemplo la Edad Media (repleta de innovaciones tecnológicas aunque se considere una Era Oscura), donde los campesinos no se vieron beneficiados por el excedente agrícola, que la élite destinó a construir catedrales.

En el capítulo 2 ponen como ejemplo la construcción del Canal de Suez, liderada por el francés Ferdinand de Lesseps, y el posterior fracaso del canal de Panamá, porque su líder impuso una férrea visión de cómo construir el canal y que causó la muerte de 20.000 trabajadores por fiebres. Finalmente, EE.UU., 25 años después descubrió cómo resolver el problema de las fiebres y de trazar el canal (creando un lago artificial en un río inundable). Dicen que los grandes desastres se basan en visiones muy poderosas pero basadas en éxitos del pasado.

En el capítulo 3,  dice que la persuasión está muy arraigada  en las instituciones políticas, que tienen capacidad de elaborar una hoja de ruta. La acción de los poderes compensatorios y su mayor pluralidad de voces podrían poner freno a los excesos de la soberbia y las visiones egoístas.

En el capítulo 4, estudia los cambios desde la vida sedentaria en el Neolítico hasta los cambios de distribución de tierras en la Edad Media y Edad Moderna. No ven pruebas de que funcione el llamado «tren de la productividad». Las transiciones agrícolas enriquecieron y empoderaron a una élite muy reducida mientras que los campesinos no sacaban beneficio porque carecían de poder político y social, y la tecnología seguía el camino que marcaba una élite muy reducida. 

En el capítulo 5, analizan la Revolución Industrial pero pasan por alto la visión de la clase media y los emprendedores que intentaban mejorar su riqueza y posición social, aunque no eran inclusivos. Se impuso una nueva visión sobre el control de la naturaleza.

En el capítulo 6, indican que la primera fase de la Revolución Industrial empobreció a la población (a causa de la automatización y por la falta de voces de los trabajadores en las decisiones). El escenario cambió a finales del siglo XIX con la organización de los trabajadores, que conllevó cambios sociales, modificación de la dirección de la tecnología y una subida de los salarios. Fue una pequeña victoria, dicen.

En el capítulo 7, estudia las luchas por la fijación de los salarios y las cuestiones políticas que crearon un gran crecimiento económico rápido y generalizado después de la Segunda Guerra Mundial en las naciones industrializadas. Mejoró la educación, la sanidad y la esperanza de vida. Afirman que el cambio tecnológico no llegó a automatizar el trabajo y creó más oportunidades para los trabajadores. Había detrás un nuevo cambio institucional y poderes compensatorios.

En el capítulo 8, ya en nuestra época, se abandonó el camino de la prosperidad compartida porque la tecnología ha regresado a la senda de la automatización y la reducción de los costes laborales. Este giro lo achaca a la falta de participación y movilización de la clase trabajadora, los sindicatos y la regulación pública.

En el capítulo 9, señala que la senda iniciada en los años 80 por la Inteligencia Artificial está ampliando la desigualdad económica. Añaden que las tecnologías basadas en la IA solo aportan ventajas muy limitadas a la mayoría de las tareas que hacen los humanos. Se monitorizan los centros de trabajo y dejan indefenso al trabajador y exporta la automatización a escala global (revierte las mejoras en el Tercer Mundo). Según los autores, la IA solo beneficia a unas personas y abandona a las demás. Proponen centrarse en ver cómo las máquinas son más útiles a los humanos.

En el capítulo 10, creen que la democracia podría tener problemas por culpa de la recopilación masiva de datos a través de la IA, que ha intensificado la vigilancia sobre la población por parte de gobiernos y empresas. A ello se suma la desinformación y el refuerzo del extremismo. Afirman que el camino de la IA no es bueno ni para la economía ni para la democracia, y se retroalimentan entre sí.

El capítulo 11, propone medidas para revertir esta tendencia. Su propuesta es redirigir el cambio tecnológico mediante el cambio de discurso, la reconstrucción de los poderes compensatorios y el desarrollo de soluciones técnicas, normativas y políticas que solucionen el sesgo social de la tecnología.

Entre sus soluciones se encuentra:

– Fragmentar las grandes tecnológicas

– Reforma fiscal

– Invertir en los trabajadores

– Liderazgo público para redirigir el cambio tecnológico.

– Protección de la privacidad y la titularidad sobre los datos.

– Revocar la sección 230 de la Communications Decenty Act (Ley de Decencia de las Comunicaciones) de 1996, que exime a las plataformas de la responsabilidad legal sobre los contenidos publicados en Internet

– Impuesto a la publicidad digital

– Impuestos sobre la riqueza

– Redistribución y fortalecimiento de la red de seguridad social (estudio de la eficacia de implantar una Renta Básica Universal)

– Educación

– Salarios mínimos

– Reforma de la universidad

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noviembre 25, 2023 at 5:48 pm

Resumen del libro «Naturaleza, cultura y desigualdades», de Thomas Piketty (2023)

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 Resumen del libro «Naturaleza, cultura y desigualdades», de Thomas Piketty (2023)

Resumen original y actualizado en: 

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/11/naturaleza-cultura-y-desigualdades-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, desigualdad, economía

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Ficha técnica

Título: «Naturaleza, cultura y desigualdades»

Subtítulo: Una perspectiva comparada e histórica

Título original: «Nature, culture et inégalités. Une perspective comparative et historique»

Autor: Thomas Piketty

Fecha de publicación en francés: 2023

Fecha de edición en español: Anagrama, Barcelona, 2023

Número de páginas: 84 (+2)

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Biografía de Thomas Piketty (hasta 2023)

Thomas Piketty (Clichy, Francia, 1971) es jefe de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y profesor en la École d’Économie de París. Entre sus libros destaca El capital en el siglo XXI, traducido a 40 lenguas y con más de 2,5 millones de ejemplares vendidos. En Anagrama ha publicado La economía de las desigualdades y La crisis del capital en el siglo XXI.

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Texto de la portadilla interior

«Naturaleza, cultura y desigualdades. Una perspectiva comparada e histórica. Sintésis de sus investigaciones sobre las desigualdades económicas, este certero texto de Thomas Piketty analiza cuestiones como la educación, la herencia, la fiscalidad y la persistente brecha de género, a la vez que subraya la necesidad de reducir drásticamente los desiquilibrios Norte-Sur como condición para luchar contra el calentamiento global. Frente a la desesperanza y el conformismo, el autor nos recuerda que el camino hacia la igualdad se ha construido siempre sobre las luchas políticas y sociales».

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ÍNDICE

¿Existen desigualdades naturales? 

El largo camino hacia la igualdad

La evolución de la desigualdad y los regímenes desigualitarios

La desigualdad de la renta

La desigualdad de la riqueza

La desigualdad de género

Avances contrastados hacia la igualdad en Europa

El caso sueco

El auge del Estado social: el ejemplo del gasto en educación

Hacia una extensión de la igualdad de derechos

La fiscalidad progresiva

¿Qué hacer con la deuda?

Naturaleza y desigualdad

Conclusión

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RESUMEN

Este librillo de 86 páginas del economista francés Thomas Piketty supone un compendio de la obra previa del autor, aunque añade cuestiones como la sostenibilidad o la atribución de responsabilidades por la huella de carbono. 

La idea básica es que las desigualdades no nace sino que se hacen y que lo mismo que se ponen, se quitan. El autor recuerda la enorme desigualdad a la que se llegó en Europa en el siglo XIX y XX y cómo, a través del impuesto de la renta progresivo (y no porcentual) se redujo la brecha de riqueza, la cual se redistribuyó y se creó una clase media o al menos una clase obrera con poder adquisitivo y consumidora, así como fácil acceso a la educación y la sanidad. Este modelo duró hasta los años 80, cuando los neoliberales Reagan y Thatcher recortaron impuestos y servicios públicos, con lo que volvió a subir la desigualdad (según muestra en sus gráficos y estadísticas, que comparan la concentración de riqueza del 1 % más rico y el 50 % más pobre) y se prolonga hasta la actualidad. Piketty recalca que esto no es inamovible y que, hace 150 años, hubo muchos esfuerzos y trabajo para corregir la situación, por lo que ve viable políticamente recortar la desigualdad.

El autor pone como ejemplo Suecia, un país con una desigualdad muy elevada donde en el siglo XIX y principios del XX el 1 % de los más ricos se repartían el país y eran los dueños de casi todo. En los años 30, los socialdemócratas ganaron las elecciones y pactaron con los grandes propietarios una fórmula redistributiva para fundar un Estado del Bienestar que todos conocemos y que hizo famoso a Suecia por ser un país rico, capitalista y más igualitario que el resto de Europa.

Piketty también recuerda las políticas de EE.UU. después de la II Guerra Mundial que aplicaron grandes impuestos a las herencias, al capital y los beneficios, fórmula que también aplicaron a la derrotada Alemania, la cual gravó la riqueza a niveles estratoféricos pero porque EE.UU. estaba haciendo lo mismo. El autor insiste en que la desigualdad no es inherente al sistema capitalista como insisten hoy los neoliberales, que dicen que no hay otra alternativa, sino que se puede regular a través de mecanismos como los impuestos progresivos, de forma que la marea suba para todos los barcos y no para unos pocos.

Written by evpita

noviembre 25, 2023 at 5:46 pm

Resumen del libro «El capital en la era del Antropoceno», de Kohei Saito (2020)

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Resumen del libro «El capital en la era del Antropoceno», de Kohei Saito (2020)

Resumen actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2023/01/el-capital-en-la-era-del-antropoceno-de.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea, licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, Antropoceno, capitalismo, ecologismo, decrecimiento, Karl Marx, progreso

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Ficha técnica:

Título: «El capital en la era del Antropoceno»

Subtítulo: Una llamada para liberar la imaginación para cambiar el sistema y frenar el cambio climático

Título en japonés: «Hitoshinsei no Shihonron»

Autor:  Kohei Saito

Publicado en japonés en 2020, Tokio.

Publicado en español: Sine qua non, Penguin Random House Grupo Editorial, 2022

Número de páginas: 334

Premios:  Asian Book Award 2021.

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Bibliografía del autor  Kohei Saito (hasta 2023)

 Kohei Saito (Tokio, 1987) es un aclamado filósofo de la economía japonés. Tras doctorarse en Filosofía por la Universidad Humboldt de Berlín, en 2018, fue el ganador más joven del prestigioso premio Deutscher Memorial por su obra La naturaleza contra el capital, traducida a siete lenguas y loada como una «obra monumental» por el filósofo Slavoj Zizek. 

Su segundo libro publicado, El capital en el Antropoceno, ha sido un enorme éxito de ventas en Japón, con casi medio millón de lectores, y ha recibido el Asian Book Award 2021 al mejor libro del año por capturar, con suma claridad y gran aceptación entre los jóvenes nipones, el cambio necesario en nuestra era.

Actualmente (2023), Saito es profesor asociado de Filosofía en la Universidad de Tokio.

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Texto de la contraportada

«El impactante libro que desafía el capitalismo para construir una sociedad más justa y terminar con la emergencia climática, a través del pensamiento de Karl Marx. Casi medio millón de lectores en Japón. Premio Asian Book Award 2021 al mejor libro del año»

«La civilización se enfrentan a una grave crisis existencial en la era del Antropoceno, en la que la actividad económica destruye con saña la Tierra y condena a la humanidad a la catástrofe medioambiental. Si no se toman medidas contra el cambio climático, el mundo volverá a un estado de barbarie. No existe un plan B para el planeta Tierra.

Para evitar la debacle, es necesario acabar con la obsesión capitalista por la búsqueda ilimitada de beneficios. Pero ¿puede la civilización prosperar renunciando al capitalismo? Por supuesto. Existen soluciones para sortear la crisis, y las pistas para alcanzarlas llevan 150 años esperando en el pensamiento del último Karl Marx. Hay una única salida posible: Es la oportunidad para lograr una sociedad más justa».

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ÍNDICE

A modo de introducción: ¡los ODS (objetivos de desarrollo sostenible) son el «opio del pueblo»

Capítulo 1. El cambio climático y el modo de vida imperial

Capítulo 2. El límite del keynesianismo medioambiental

Capítulo 3. Contra el decrecimiento bajo el capitalismo

Capítulo 4. Marx en el Antropoceno

Capítulo 5. Una evasión de la realidad llamada «aceleracionismo»

Capítulo 6. Capitalismo de las carencias, comunismo de la abundancia

Capítulo 7. El comunismo decrecentista salvará el mundo

Capítulo 8. La «palanca» de la justicia climática

A modo de epílogo: para que no sea el fin de la historia

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RESUMEN

El autor  Kohei Saito parte de la base de que ninguna de las vías actuales solucionará la crisis y la emergencia climática mientras la Humanidad apueste por el crecimiento económico y por el capitalismo, ya que entre ambos están esquilmando el planeta y, en concreto, a la periferia. Recuerda que la era del Antropoceno (cuando la acción del hombre empieza a tener efectos notorios sobre el clima) empezó a la vez que el capitalismo, en 1700, o incluso antes, en 1500, o en todo caso cuando los países avanzados empezaron a quemar carbón y emitir gases a la atmósfera. Otro dato que apunta es que la llamada Generación Z (nacidos a partir de 1996 hasta el 2008) son «de izquierdas» y quieren soluciones progresistas y democráticas para curar el planeta.

 Kohei Saito rechaza continuar con el capitalismo neoliberal porque su afán extractivo continuará saqueando los recursos naturales de los países periféricos del planeta. Critica el llamado «modo de vida imperial», que consiste en un modelo donde una sociedad central vive con toda comodidad a costa de extraer los recursos de la periferia y que todavía se mantiene en Europa y EE.UU.) y que acabará por dejar el mundo inhabitable [nota del lector: la «europeización» del mundo; un planeta urbanizado con cemento y árboles decorativos]. Pone como ejemplo que los Países Bajos hacen «green washing» (ecoblanqueado) diciendo que su economía es «sostenible» y «ecológica» pero a costa de la explotación de los recursos de la periferia. También rechaza como solución los ODS de la ONU (Objetivos de Desarrollo Sostenible) porque insisten en que debe seguir el crecimiento económico.

 Tampoco apuesta por las propuestas de «decrecimiento keynesiano» o Green New Deal al estilo de los años 70 (imponer restricciones al capitalismo y mayores controles con un nuevo estado del bienestar a la vez que se invierte en instaurar infraestructuras «verdes») porque el capitalismo encontraría la manera de burlar los controles y restaurar el neoliberalismo, lo que volvería a arrasar los recursos del planeta. Y en todo caso, el Green New Deal sigue apostando por un crecimiento económico, aunque sea «verde». Tampoco confía en la perspectiva tecnológica ya que la implantación de tecnologías renovables y el crecimiento verde supondrá un gasto de consumo de otros elementos como el litio para las baterías y, además, volverá a estimular el despilfarro. Dice que el «desaloplamiento» es una fantasía por muchas etiquetas verdes que se le pongan y el crecimiento incrementa inexorablemente la carga medioambiental. Otra idea que descarta es el «decrecimiento» dentro de un sociedad capitalista en la medida en que es algo totalmente contradictorio con el capitalismo, que lo que quiere es ganar más capital en vez de menos y eso se logra a través de un crecimiento infinito que no es real ni posible. Se trataría de buscar un tipo de economía nueva que no dependa del crecimiento.

También echa por tierra otras ideas como el «aceleracionismo» (acelerar el desarrollo tecnológico y capitalista para pasar a la siguiente fase avanzada de la historia).

Dado que ninguna de estas vías funcionará para frenar la crisis climática, el autor supone que la Humanidad quedará encasillada en estas cuatro posibles opciones futuras a la emergencia climática: 

1) Un maoísmo climático (un estado dictatorial centralizado asume plenos poderes para acometer medidas más efectivas e igualitarias)

 2) Fascismo climático (Estados despóticos que protegen los intereses del capitalismo de las víctimas y los refugiados ambientales)

 3) Barbarie (La sublevación de los perjudicados por el cambio climático generará un caos político en una «guerra contra todos» de Hobbes) 

4)  «X» (Un Estado fuerte, con una sociedad de ayuda mutua de tipo democrático, voluntariamente desarrollada por los individuos).

 Todas estas soluciones acabarán por agotar los recursos del planeta por lo que Saito propone otra idea: el «decrecimiento» dentro de una sociedad comunista. 

Para elaborar su nuevo modelo de economía, recurre a los últimos escritos de Karl Marx (fallecido en 1883), que han sido reinterpretados a partir de sus apuntes para las partes 2 y 3 de El Capital, que dejó inconcluso y cuya edición preparó su fiel amigo Engels, respetando las ideas del auto del primer libro de El Capital. Sin embargo, dice el autor, hubo unos últimos escritos que se están conociendo ahora a través del proyecto MEGA donde Marx, en su vejez, ya había renunciado a su «eurocentrismo» (era crítico con el imperialismo británico pero consideraba que Occidente ayudaba con sus intervenciones a los países pobres a escalar a otro nivel más avanzado) y se mostraba crítico incluso con la idea de progreso, de la cual se había convertido en uno de los principales adalides a través de sus ideas sobre el progreso histórico. En sus últimos escritos y cartas a los revolucionarios rusos del siglo XIX, les recomendaba mantener los «mir» o comunas agrícolas basadas en las tierras comunales como así ocurría con las colonias germánicas (basadas en tierras comunales que se transmitían de generación en generación y no eran de nadie) ya que creía que podían ser importantes en una sociedad moderna y avanzada sin necesidad de pasar por el capitalismo.

Aquí es a donde quiere llegar  Kohei Saito, porque considera que el «bien comun» o «comunal» ha permitido perservar la tierra durante milenios en muchas sociedades sin que genere desigualdades ni haya un descontrol por parte de los ricos ni un proceso extractivo excesivo. Asegura que tras la época extractiva de la Antigüedad, durante la Edad Media se establecieron tierras comunales y se mejoró la calidad de los suelos, dando de comer a todo el mundo durante más de mil años.  

 Resumen del libro «Edificio España. El peligro de la desigualdad», de Javier Ruiz (2022)

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 Resumen del libro «Edificio España. El peligro de la desigualdad», de Javier Ruiz (2022)

Resumen original y actualizado en el siguiente link:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2022/11/edificio-espana-el-peligro-de-la.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea, licenciado en Derecho y Sociología, desigualdad económica, España

Sociología, 

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Ficha técnica

Título: «Edificio España»

Subtítulo: El peligro de la desigualdad

Autor: Javier Ruiz 

Editorial: Espasa, Editorial Planeta, Barcelona, 2022

Premios: Premio Espasa

Páginas: 341

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Biografía del autor Javier Ruiz (2022)

Javier Ruiz (Valencia, 1973) es jefe de Economía en la Cadena SER desde 2019. Licenciado en Periodismo por la Universidad CEU Cardenal Herrera y máster en Economía Internacional y Periodismo por la Universidad de Columbia de Nueva York, se incorporó en 1995 a los Servicios Informativos de la Cadena SER, donde llegó a ser redactor jefe. De 2002 a 2008 presentó el informativo Hora 25 de los Negocios, que vuelve a dirigir desde el año 2020. En televisión fue jefe de la redacción de Noticias Cuatro, donde ha presentado los informativos del mediodía y la noche y hasta 2019 estuvo al frente del espacio político Las Mañanas de Cuatro. En la actualidad, ejerce como analista político y económico en diferentes medios de comunicación y dirige y presenta el programa semanal de análisis político Las claves del siglo XXI, en TVE.

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Texto de la contraportada

Edificio España es el retrato y la denuncia de una desigualdad creciente en nuestro país. La brecha entre ricos y pobres se ensancha y ha desbordado ya la economía para extenderse al mundo de la política – cuyo resultado es una polarización extrema- y al de la propia democracia, con el nacimiento de un «precariado político» de clases bajas que se descuelgan del sistema y dejan de votar y de tener importancia.

Esa desigualdad se retroalimenta y está averiando los tradicionales ascensores sociales: los impuestos dejan de gravar más a los que más tienen y la educación y las pensiones dejan de garantizar el ascenso o la protección social. El resultado es un edificio en el que los más ricos ganan más y los más pobres cada vez tienen menos, diferencias que se van enraizando en nuestra comunidad, de manera que quienes nacen pobres no pueden ascender y quienes nacen ricos nunca dejan de serlo.

La desigualdad es también empresarial y afecta incluso a la libertad de expresión, donde las líneas editoriales comienzan a servir a las grandes fortunas en lugar de a los grandes públicos.

Este era el estado actual de nuestro Edificio España. Hacen falta reformas urgentes para evitar que se derrumbe.

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ÍNDICE

Introducción. La desigualdad: primera amenaza de nuestra época

Guía rápida de la filosofía de la desigualdad

Bienvenidos al Edificio España

Los grandes males del edificio: creciente desigualdad, menguante clase media y efectos colaterales

1. Crack inmobiliario de ricos y de pobres (2008-2018): la Gran Recesión y la década perdida

Los años del boom

Un crack, una mala política y dos recesiones

La factura asimétrica: pagar más teniendo menos

El espejismo de la recuperación

Impuestos y prestaciones frente a medidas ultraliberales

Las reformas equivocadas en la base del edificio

La reforma (fiscal) siempre pendiente

2. La crisis de la pandemia: consecuencias en el sótano y el ático

La Covid desigual: factura por estratos sociales

El confinamiento de los pobres

El trabajo desigual

Las mujeres, más afectadas

La recuperación de los ricos

¿Una recuperación justa?

3. La guerra también entiende de clases

«El impuesto de los pobres»

La crisis de los ricos

El porvenir de los precios

El porvenir de los salarios

4. Los locales del Edificio España

La desigualdad empresarial

Un sistema fiscal injusto

El banco de la esquina echa el cierre

Despoblación bancaria: el Edificio de España, abandonado

«Concentración» bancaria

Comisiones, comisiones y más comisiones

Una conclusión y una pregunta

5. El Estado (político) del Bienestar

Desmovilizar a los pobres

El populismo de derechas: la paradoja de la identidad

El populismo de la izquierda: el apocalipsis que no llega

La desigualdad económica es política

Desigualdad de rentas y de oportunidades

La carta de la inmigración

6. El ascensor (social) y el suelo pegajoso 

El sistema fiscal

¿Bajar impuestos es la solución?

La educación como ascensor

Pensiones y desigualdad intergeneracional

7. La prensa y la información

¿Qué es la basura periodística?

Cómo desmovilizar a los pobres: «No creo lo que leo»

El «edi-torpe»

No viene un meteorito

8. Perspectiva internacional: los otros edificios del barrio

Estados Unidos: el capitalismo dual

Francia: el modelo europeo

China: la bomba de relojería

Rusia: La vuelta del zar

9. Propuestas y conclusiones

Propuestas fiscales

P. Laborales

P. educativas

Principios generales para el entendimiento

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RESUMEN

El autor divide el edificio España en cuatro pisos: un sótano para el 20 % de los individuos que menos gana (6.000 euros al año), el primer piso para los que ganan hasta 11.500 euros al año, un segundo piso para los que perciben hasta 15.469 euros, un tercer piso para quienes ganan 21.469 euros y un ático para el 20 % más rico que gana a partir de 32.000 euros al año (y donde entran ingresos en el hogar desde 48.000 a 288.000 euros anuales). Los situados en los pisos 1 al 3 sería la clase media.

Esta división corresponde al índice de Gini que mide la desigualdad social.

El problema surge cuando estas divisiones de renta empiezan a tener recortes salariales, por un lado, y aumentos de impuestos por otro. Eso ocurrió a partir de la crisis del 2008, cuando muchos trabajadores de clase media perdieron su empleo o vieron recortados sus salarios para eludir el despido. A ello se sumó el recorte de los impuestos vía IVA, que redujo más la renta de los más pobres. A mayores, los impuestos de sociedades o de transmisiones de patrimonio no afectaron tanto a las rentas altas que siguieron ganando más dinero porque no dependen tanto de los salarios (que fueron recortados a los demás pero no a ellos, porque el mayor flujo de ingresos procede de las rentas) ni del consumo (hasta los más ricos tienen un límite biológico para comprar barras de pan).

El autor recuerda que los impuestos indirectos del IVA gravan el consumo a todos por igual. Es decir, si una barra de pan cuesta un euro y el IVA es de 10 céntimos, a un pobre el coste le supone el 5 % de su renta y a un rico, el 1 % o el 0,01 %. Es decir, que ese impuesto no grava por igual a todos los ciudadanos, en función de su riqueza, y penaliza a los que tienen menos renta. Si alguien dispone de 500 euros mensuales y se gasta todo en consumo, puede llegar a pagar 100 euros en impuestos de IVA, el 20 % del total de su renta, mientras que un rico que gana 10.000 euros al mes, los impuestos por la misma cuantía de consumo le penalizarán con el 1 % de su renta mensual. Es un poco cómo el sistema fiscal español está penalizando a las rentas bajas al gravar el consumo pero es un modo efectivo de recaudar dinero.

Otra cuestión son los sueldos. Se considera que alguien que gane 10.000 euros al mes puede considerarse del

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enero 7, 2023 at 6:56 pm

 Resumen del libro «Manipulados. La batalla de Facebook por la dominación mundial», de Sheera Frenkel y Cecilia Kang (2021)

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 Resumen del libro «Manipulados. La batalla de Facebook por la dominación mundial», de Sheera Frenkel y Cecilia Kang (2021)

Link original y actualizado en:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2022/07/manipulados-la-batalla-de-facebook-por.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea y licenciado en Derecho y Sociología

Sociología, redes sociales, sociedad de la información, Internet, privacidad

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Ficha técnica:

Título: «Manipulados»

Subtítulo: La batalla de Facebook por la dominación mundial

Título original en inglés: An Ugly Truth. Inside Facebook’s Battle for Domination

Autoras: Sheera Frenkel y Cecilia Kang

Primera edición en inglés: 2021

Edición en español: Barcelona, Penguin Randon House

Páginas: 366

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Biografía de las autoras Sheera Frenkel y Cecilia Kang

Sheera Frankel es periodista, vive en San Francisco y escribe sobre ciberseguridad en The New York Times. Durante más de una década fue corresponsal en Oriente Próximo escribiendo para BuzzFed, NPR, The Times y los periódicos del grupo McClatchy.

Cecilia Kang vive en Washington DC y escribe sobre tecnología y regulación tecnológica en The New York Times. Antes trabajó durante diez años en The Washington Post cubriendo temas de tecnología y negocios.

Frenkel y Kang han formado parte del equipo de periodistas de investigación finalistas al Premio Pulitzer en la categoría de reportajes nacionales. El equipo ganó el premio George Polk por el mejor reportaje nacional y el premio Gerald Loeb por la mejor investigación periodística.

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Texto de la solapa

«El libro que Facebook no quiere que leas.

Facebook lleva varios años en el ojo del huracán. Desde que estallaron los escándalos de Cambridge Analytica y la campaña de desinformación rusa, ha intentado esquivar una avalancha de controversias y demandas relacionadas con su estrategia empresarial. Mientras la plataforma presume de crear un mundo interconectado donde poder expresarse con libertad, viola la privacidad de sus usuarios y propaga una epidemia de desinformación tóxica y dañina.

A partir de una minuciosa investigación y tras haber entrevistado a legisladores, inversores, académicos, ejecutivos y empleados del gigante de Silicon Valley, Sheera Frenkel y Cecilia Kang, dos prestigiosas periodistas de The New York Times, se adentran en los entresijos de una empresa rodeada de siempre de un gran secretismo y cuya cultura exige una lealtad ciega, y revelan las operaciones ocultas y las luchas de poder de la red social por excelencia.

Mucha gente considera que Facebook ha perdido el rumbo, pero esta explosiva investigación demuestra cómo los pasos en falso de los últimos años no son una anomalía, sino una consecuencia inevitable. Mark Zuckerberg y Sheryl Sandberg emprendieron juntos la construcción metódica y deliberada de un modelo de negocio despiadado basado en el crecimiento ilimitado. Cegados por su propia ambición y arrogancia, esta no es la clásica historia de Frankenstein, el monstruo que se liberó de su creador, sino de dos personas que han decidido mantenerse al margen mientras su imperio sirve de altavoz a criminales y regímenes corruptos de todo el mundo con consecuencias devastadoras.

Sería muy fácil reducir la historia de Facebook a la de un algoritmo fallido. La verdad es mucho más compleja y este libro es la prueba definitiva.

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ÍNDICE

Prólogo: a cualquier precio

1. No hay que tentar a la suerte

2. El próximo bombazo

3. ¿En qué estamos metidos?

4. La exterminadora de ratas

5. El canario salvavidas

6. Una idea verdaderamente descabelladas

7. La empresa por encima del país

8. Borrad Facebook

9. Piensa antes de compartir

10. Un líder para tiempos de guerra

11. La Coalición de la voluntad

12. Amenaza existencial

13. La interferencia oval

14. Un bien para el mundo

Epílogo: La estrategia a largo plazo

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RESUMEN

Las autoras Sheera Frenkel y Cecilia Kang concluyen que a lo largo de 16 años, Facebook obtuvo grandes ganancias de la red social que se han gestado repetidamente a expensas de la privacidad y seguridad del consumidor y la integridad de los sistemas democráticos. Dicen que Mark Zuckerberg y su número 2 Sheril Sandberg crearon un negocio que se ha convertido en una máquina imparable de generar beneficios y que podría ser demasiado poderosa para disolverla. Creen que los cambios difícilmente vendrán de dentro: «El algoritmo que sirve al corazón de Facebook es demasiado poderoso y lucrativo». Además, añaden, la plataforma se cimienta en una dicotomía fundamental y tal vez irreconciliable: su supuesta misión de mejorar la sociedad conectando a la gente a la vez que obtiene beneficios de ella. «Es el dilema de Facebook y su fea realidad», dicen las autoras.

El libro deja claro el esfuerzo de Facebook para convertirse en una plataforma gigante que unió a gran parte del mundo en una conversación pero que, en afán de ganar dinero, dejó pasar muchos errores de diseño, por no decir legales (privacidad, altavoz de fake news que incitan a la violencia, soporte para ideas políticas extremistas y violentas, manipulación de elecciones). Por otra parte, Facebook, al convertirse en un coloso, aprovechó su poder para transformarse en un monopolio comprando apps como WhatsApp e Instagram. Luego, para evitar la legislación antimonipolio que pretendía trocearlo, alegó ser un negocio demasiado complejo para dividirlo. El dirigente de Facebook, a pesar de tener a todo un lobby en Washington, que defendía sus intereses, tuvo que comparecer varias veces en el Congreso para responder sobre infiltraciones rusas o el escándalo de Cambridge Analytica. Su equipo de abogados lo entrenó para responder adecuadamente. La primera pregunta que le hicieron los congresistas fue: «¿Podría usted compartir con nosotros en qué hotel va a dormir esta noche?». Zuckerberg respondió: «No, es algo privado».

 La gran ejecutiva de Facebook es Sheryl Sandberg, un puño de hierro que procedía de Google y supo redimensionar la compañía a escala planetaria, de forma que pasó de tener 10 millones de usuarios a 2.000 millones. Una fórmula del éxito fue vender a los publicistas la posibilidad de acceder a la privacidad de los usuarios de la plataforma para venderles productos. La línea de negocio era clara: más usuarios, más beneficios. Por eso, se dio prioridad a que los usuarios leyesen en su Feed News (una idea tecnológica que se le ocurrió a Zuckerberg para que las publicaciones de tus amigos apareciesen en tu muro y este se refrescase continuamente)

Las autoras narran las aventuras del fundador Zuckerberg y la ejecutiva Sandberg desde sus tiempos universitarios, en facultades de élite. En los primeros años, su sueño era llegar al millón o dos millones de usuarios, luego pasar de mil millones a 2.000 millones de amigos (para ello, Facebook se expandió hacia países en desarrollo), y algún día, llegar a los 5.000 millones. Se trataba de crecer y crecer mientras se amontonaban los problemas: la injerencia rusa en las elecciones del 2016 y en el Brexit, disturbios racistas generados por mensajes de odio, el genocidio de Indonesia contra una minoría musulmana basado en «fake news», el asalto al Capitolio por seguidores de Trump… El problema, dicen las autoras, es que varios empleados de Facebook avisaron antes de los peligros que generaban esos mensajes pero la cúpula hizo oídos sordos y nadie los eliminó, lo que algunas veces culminó en tragedias o asesinatos. Zuckerberg siempre alegó que respetaban el derecho a la libertad de expresión (salvo delitos infantiles, violencia explícita, etc).

Otro frente de batalla fueron los robos de datos a usuarios para segmentarlos en perfiles de personalidad y hacer campañas publicitarias. Zuckergerg había apostado por un producto que permitía a las empresas publicitarias extraer datos de los clientes. Fue una tecnología que aprovechó Cambridge Analytica para hacerse con información de las cuentas de 40 millones o más de estadounidenses para relanzar la campaña de Trump, que al final ganó las elecciones del 2016.

 Por otra parte, el jefe de ciberseguridad Stamos descubrió que una granja de trolls de San Petersburgo, perteneciente al gobierno de Rusia, estaba comprando anuncios en Facebook y creaba una red de grupos para alcanzar a varios millones de usuarios. La intención de la injerencia rusa era manipular la conducta de los votantes a la hora de elegir a un candidato o de abstenerse. [Nota del lector: Diversos autores, sobre todo Zuboff, avisan de que la manipulación conductal es una tecnología que es difícil de entender porque no se conoce, razón por la que pasa desapercibida pero que conduce a los usuarios de las redes, a través de mensajes que te hacen sentir triste o contento, a votar, a no ir a votar o a cambiar el voto]. 

Además, Stamos descubrió que la misma agencia rusa estaba filtrando correos interesados en vísperas de varias campañas electorales en Occidente, caso de Francia, pero avisaron a Macron, o a Hilary Clinton (esta fue defenestrada por correos filtrados que la ponían en evidencia). Stamos peleó por mejorar la ciberseguridad pero el problema era de fondo: la cúpula de Facebook eliminó mucha propaganda rusa pero siempre quedaba algo precisamente porque el algoritmo lo permitía. Al ver que nadie iba a hacer nada al respecto, Stamos dimitió. 

Una de las cuestiones que se aborda en el libro es la decepción de muchos trabajadores al ver que Facebook miraba hacia otro lado cuando había problemas de delitos de odio o privacidad. Muchos trabajadores descontentos filtraron documentos a la prensa y fueron despedidos por deslealtad. Había una informática dedicada a ello: la llamada «exterminadora de ratas». Por otra parte, los empleados podían chatear varias veces al mes con el propio Zuckerberg: el grupo votaba varias preguntas y el jefe las contestaba. Pero con los años creció el descontento porque veían que detrás de un proyecto ilusionador había montado un sistema «autoritario» (bajo el puño de hierro de Sandberg) y que no se preocupaba por el usuario (de lo que se trataba era de exprimirlo) sino de ganar más y más dinero. En el 2020, llegaron a facturar 86.000 millones de euros en publicidad. Todos los años estaban creciendo.

Cuando fue la pandemia del covid, Facebook ya lo sabía unas semanas antes (gracias a los informes de alerta que le enviaron sus fundaciones y oenegés en Asia) y había ordenado a sus empleados no esenciales comenzar a teletrabajar.

Una metáfora para entender cómo funciona el algoritmo de Facebook

[Nota del lector: Este párrafo no forma parte del libro. Lo he puesto para que se entienda cómo desde el libro ven el funcionamiento del algoritmo.

Para entender la política de Facebook sobre las «fake news» o delitos de odio, hay que valerse de una metáfora que me he inventado: Imaginen ustedes a un tabernero que ha montado un bar confortable donde la gente charla de todo tipo de temas. En una mesa, unos ladrones planean un robo, en otra, un grupo coral queda para ensayar, en otra, una familia propone hacer un picnic, … La idea de Zuckerberg es que la libertad de expresión es sagrada y que su misión es ayudar a que la gente esté en contacto sin interferir porque no es quién para decidir qué es verdad o no. Al igual que en un bar, ningún tabernero echa del local a un cliente por hablar de lo que sea, esté de acuerdo o no con él, a no ser que se ponga muy violento y tenga que llamar a la policía.

Si volvemos al bar, vemos que el público se está arremolinando en torno a una mesa: allí un viejo chismoso que cuenta historias difamatorias de políticos de otro partido, conspiraciones, temas raciales… Cada vez hay más público arremolinado, especialmente gamberros y camorristas, y lo que piensa el tabernero no es: «debo echar del bar a este viejo porque está divulgando mentiras que podrían sembrar la violencia» sino que piensa: «Hoy vendo el triple de cervezas».  Al día siguiente, sienta al chismoso en una mesa más grande para que gane más público porque es una atracción gratuita que beneficia a su negocio hostelero. Un día, una turba ciega sale enfurecida del bar y acosa la casa de un político, dan una paliza a un granjero inocente porque circulan rumores de que en su sótano almacena grandes alijos de droga o invaden la Alcaldía. Todos saben quién es el cliente que vierte esos mensajes tóxicos pero nadie hace nada por echarlo del bar porque cada día entra más clientela a escuchar sus peroyatas. A mayores, otros contadores de rumores llegaron atraídos al bar porque rebosaba de clientes y aprovecharon esa gran audiencia para pedir mesa y difundir sus mentiras y mensajes de odio.

A todo ello se suma, que entre los clientes del bar hay comerciales y espías extranjeros que sonsacan datos de los otros clientes, oyen sus conversaciones, hacen fichas de ellos, los clasifican a fin de enviarles propaganda,… El tabernero lo sabe pero no se inmiscuye pues esos clientes también piden cervezas y están mucho tiempo en el local, y hacen gasto. Tras las protestas de algunos afectados, coloca mamparas en las mesas para garantizar la «privacidad»]

No sé si se ha entendido la metáfora que he puesto pero lo que las autoras vienen a decir es que Zuckenberg y Sandberg idearon un algoritmo que potencia las «fake news», no porque les gusten las mentiras sino porque dan mucho más público y tráfico, lo que genera más beneficios. A decir verdad, quiénes son ellos para decir que algo es verdad o mentira, lo deciden los usuarios con sus comentarios. Pero todo ese debate que generan las noticias tóxicas aumenta las visualizaciones y escala puestos en el ránking de los más vistos, por encima de las preocupaciones por el clima, la igualdad y otras buenas causas. El problema ha surgido cuando algunos han aprovechado la plataforma social como altavoz para cometer fechorías: las autoras citan la supuesta injerencia rusa en las elecciones del 2016 y el uso de datos sin permiso de Cambridge Analytica ].

 Resumen del libro «Estados Unidos de Amazon», de Alec MacGillis (2021)

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 Resumen del libro «Estados Unidos de Amazon», de Alec MacGillis (2021)

Para ver el resumen original y actualizado, picar aquí:

https://evpitasociologia.blogspot.com/2022/08/estados-unidos-de-amazon-de-alec.html

Resumen elaborado por E.V.Pita, doctor en Comunicación Contemporánea y licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, Amazon, redes sociales, centros de datos, logística, automatización, comercio electrónico

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Ficha técnica

Título: «Estados Unidos de Amazon»

Subtítulo: La historia del futuro que nos espera

Título original:  «Fulfillment. Winning and Losing in One-Click America»

Autor: Alec MacGillis 

Publicado en inglés en 2021

Edición en español: Edicions 62, Ediciones Península, Barcelona, 2022

Número de páginas: 539

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Biografía del autor  Alec MacGillis  (hasta el 2022)

Alec MacGillis es un escritor y periodista experto en política y miembro de ProPublica. Ha trabajado en diferentes medios como The Washington Post, Baltimore Sun o The New Republic y algunas de sus piezas han sido publicadas en The New York Times, The New Yorker y The Atlantic. Su labor periodística ha sido reconocida con múltiples premios y es autor de la biografía del senador Mitch McConnell, The Cynic (2014). También participó como narrador en un documental de PBS, Frontline, sobre las ciudades abandonadas de Dayton (Ohio) y su reportaje sobre Kushnerville sirvió de base para el episodio «Slumlord Millonaire» de la serie Dirty Money producida por Netflix. Actualmente reside en Baltimore.

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Texto de la solapa

«La pandemia disparó el crecimiento de Amazon, pero la investigación de MacGillis empezó mucho antes de que estallara. A la manera de los grandes reportajes literarios, el autor disecciona la implacable compañía creada por Bezos y ofrece un relato desasosegante del brutal impacto que esta tiene en la vida de los ciudadanos.

A lo largo de su recorrido por Estados Unidos, MacGillis cuenta las historias de aquellos que luchan por sobrevivir a la sombra de Amazon y de cómo esta promueve las desigualdades, la gentrificación y la precarización. El libro da cuenta también del poder desmesurado que tiene hoy en la capital estadounidense.

MacGillis se erige con esta obra en un digno heredero de Upton Sinclair y de un periodismo comprometido que con precisión denuncia el coste humano de la desigualdad, no solo entre personas, sino también entre regiones. El resultado es un relato íntimo del capitalismo contemporáneo, de un tejido social que se deshilacha a cada clic y del futuro que nos aguarda a los europeos».

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ÍNDICE

Introducción. El sótano

1. Comunidad

Seattle, Washington

2. Cartón

Dayton, Ohio

3. Seguridad

Washington D.C.

Un alto en el camino. Zona de descarga 9.

Carlisle, Pensilvania

4. Dignidad

Baltimore, Maryland

5. Servicio

El Paso, Texas

6. Poder

Norte de Virginia / Columbus / Ohio

Washington DC

Un alto en el camino. PHL6, segunda parte.

Carlisle, Pensilvania

7. Refugio

Seattle / Washington DC

8. Aislamiento

Nelsonville, Ohio/York, Pensilvania/Columbus/Ohio

9. Reparto

Baltimore /Washington DC

Horas extras. El primero de mayo.

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RESUMEN

El libro hace un repaso de la influencia en Amazon, a través de distintos personajes que viven en Seattle, Ohio, Pensilvania y El Paso. También desvela que la plataforma líder mundial de la logística va ocupando el espacio que dejan vacío las industrias cerradas en las ciudades medianas en decadencia del Medio Oeste (grandes siderurgias) a causa de la deslocalización industrial. En esos lugares yermos, ahora Amazon levanta gigantescas naves y genera miles de empleos, lo que le da un gran poder negociador con los ayuntamientos, las pequeñas empresas competidoras y los empleados. El problema es que los trabajadores de las antiguas siderurgias estaban cobrando 25 dólares por hora y en Amazon ganan entre 11 y 13. El autor Alec MacGillis compara las condiciones de una gran acería del Este, cerca de Baltimore, en la península de Sparrows Point, en el siglo XIX y XX, en las que había muchas muertes por accidentes laborales y presión para evitar que surgiesen sindicatos, con ciertos episodios que relata en Amazon (despidos tras realizar algún tipo de actividad prosindical, vista gorda de las autoridades a accidentes mortales por supuesta falta de seguridad, supuesto cabildeo con los ayuntamientos y Washington). 

El autor considera que Amazon se ha convertido en una plataforma superpoderosa y de despiadado poder negociador que tiene a las autoridades de su lado, a la hora de conseguir subvenciones o permisos para montar naves logísticas y a las compañías eléctricas. Sobre las ruinas de las antaño pujantes acerías, la compañía de Jeff Bezos levanta ahora gigantescos centros de datos que destacan por su opacidad y que, a causa de su alto consumo energético, obligan a tender nuevas líneas eléctricas cruzando por medio de los pueblos y áreas residenciales (lo que generó múltiples protestas). 

Un capítulo de interés es el concurso que convocó Amazon para levantar su segunda sede (la HQ2) en una ciudad de Estados Unidos, lo que generaría un boom económico para la opción ganadora: se presentaron decenas de ciudades, se seleccionaron 20 y, ¡oh, sorpresa!, finalmente ganaron Nueva York y Washington-Baltimore (en un barrio de Arlintong que rebautizaron como The Landing). Nueva York renunció a instalar en el suelo su proyecto tras las presiones realizadas por la senadora Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), sabedora de los efectos que la llegada de Amazon podría generar en los precios de la vivienda y otros inconvenientes. 

El nuevo barrio de The Landing, donde Amazon decidió instalar su segundo cuartel general en Washington, supuso derribar viejos centros comerciales y manzanas enteras para levantar la nueva sede con miles de empleados y, a la vez, disparó el precio de las viviendas a medio millón de dólares y gentrificó automáticamente todo el aérea. El autor concluye que solo unas pocas ciudades de EE.UU., como Nueva York o Washington, son las «ganadoras» y, como Amazon, el «ganador se lo lleva todo», por lo que cada vez se hacen mucho más prósperas y ricas. En el caso de Washington, el propio Jeff Bezos se compró una vivienda por varias decenas de millones de dólares y la reformó como una gran mansión para ofrecer cócteles a lo más selecto del país. También se compró el prestigioso periódico The Washington Post.

El autor dice que Amazon simboliza la división social de EE.UU. en dos países: las ciudades ganadoras (Silicon Valley, Seattle, Boston, Nueva York, Washington), ligadas a las nuevas tecnologías, los centros de seguridad e inteligencia, y los «lobbies» de poder, y el resto, los perdedores, antiguas ciudades industriales como Detroit o Dayton, en clara decadencia. MacGillis menciona el caso de un trabajador, condenado varias veces por maltrato, que está empleado en una industria de reciclaje del cartón de Dayton , que pasa a ser una subcontrata de Amazon para hacer cajas. El autor cuenta que el trabajador va a los mítines de Donald Trump porque el líder republicano supo conectar con los votantes de la América en decadencia. También observa otro fenómeno: ciudades progresistas, como Seattle, se vuelven más conservadoras a la vez que incrementan su pujanza por la actividad de tecnológicas como Microsoft o Amazon. 

En el caso de Baltimore, la ciudad se libró de la decadencia, surgida tras el cierre de las acerías, porque atrajo a muchas naves y almacenes de Amazon por hallarse en un cruce de caminos pero, como señala el autor, su centro histórico también ha sido borrado del mapa, los barrios de afroamericanos desmantelados y demolidos poco a poco, y los ladrillos de las casas demolidas son revendidos al ahora pujante Washington para construir viviendas «históricas» y revenderlas por precios millonarios. 

Lo mismo pasó en Seattle, donde se asentaron Microsoft (los fundadores eran oriundos de esa ciudad) y Amazon (Jeff Bezos descubrió que se pagaban menos impuestos; se compró una casa con garaje para poder decir que él también fundó su empresa en un garaje). Seattle, una ciudad progresista, en pocos años atrajo a profesionales informáticos que cobran unas fortunas y los precios de la vivienda se dispararon a casi un millón de dólares. Mucha gente fue expulsada al no poder afrontar los costes del alquiler. Los artistas que no pudieron afrontar las mensualidades de su vivienda emigraron a estados más pobres para vender su arte porque en Seattle nadie les prestaba ya interés. Los intentos del pleno de Seattle por ayudar a los numerosos sintecho, mediante la recaudación de un nuevo impuesto de 40 millones, resultaron vanos. El pleno de Seattle logró subir los impuestos a los ricos, tras un acuerdo en falso con Amazon y las clases medias-altas, pero de inmediato se rompió el pacto y las clases pudientes desencadenaron una gran campaña mediática en contra de la subida de impuestos alegando que iban a quitarlo del salario de los trabajadores. Por su parte, Amazon amenazó con no construir un segundo proyecto de oficinas que generaría miles de empleos, y, ante las presiones, el mismo pleno revocó la ley. Poco después, Amazon donó 3 millones de dólares para ayudar a los sintecho de Seattle mediante la construcción de vivienda social, lo que el autor considera una limosna teniendo en cuenta la facturación multimillonaria de la empresa. Tras la mala experiencia de Seattle, OAC advirtió a los neoyorquinos de las consecuencias sociales que supondría aceptar que Amazon ubicase su HQ2 en Nueva York y las pretensiones de la gigante del comercio electrónico fueron rechazadas.

Otro momento clave del libro es cuando los vendedores de material de oficina de El Paso descubren que si se quieren integrar en la plataforma de Amazon para hacer ventas on line deben pagar un «impuesto» del 15 % por cada venta que hagan a la Administración a través de la plataforma. En el fondo, sospechan que Amazon vigila cuáles son sus mejores ventas y luego hace productos para competir con ellos, porque en vez de socios los considera «competidores internos» y quiere ocupar su nicho de ventas con la Administración (una de las ejecutivas de Amazon precisamente trabajó para el Gobierno para organizar las compras y ahorrar dinero mediante la centralización de proveedores). 

Otro de los personajes es un camarero que logra ser concejal (sin salario) en la zona de Baltimore para intentar controlar los excesos de Amazon pero que se enfrenta un duro contrincante de las clases pudientes de la región. Finalmente, el camarero pierde las elecciones y un día se ve obligado a servir la mesa de su rico rival y, para colmo, los cocineros le avisan de que el chuletón que le iba a servir se acaba de caer al suelo.

Los intentos por trocear la empresa Amazon, por supuestas prácticas monopolísticas, no llegaron a buen puerto en Washington. Mientras, todas las ciudades los reciben con los brazos abiertos, les subvencionan con cientos de millones para que se instale ahí, porque es una generadora de empleos, casi un millón de trabajadores solo en EE.UU. (por detrás de Wallmart) y sigue creciendo. El problema es que por su camino va dejando cadáveres, como son las cadenas de grandes almacenes de las ciudades medianas, pues muy pocas han sobrevivido al impacto del comercio electrónico y tampoco pueden competir. 

Amazon ha intentado mitigar estos efectos colaterales (encarecimiento de la vivienda para los más pobres) con una actividad filantrópica y la construcción de viviendas sociales, dinero que según el autor se hubiese recaudado a través de los impuestos que tendría que pagar a los ayuntamientos, los cuales la exoneran para que se instale en su zona.

Un hecho destacable fue la acción de Amazon durante la pandemia. Mientras el resto de la industria se hundía por el parón del 2020, Amazon tuvo que contratar a cientos de miles de trabajadores más y todos se esforzaron por hacer un buen trabajo para abastecer a la gente que se quedó en casa durante la epidemia del covid.